
Cuando muchos pensaban que el cuarto episodio de la segunda temporada de The Last of Us había alcanzado la cúspide emocional y narrativa, las pistas dejadas en los últimos minutos, junto con declaraciones del elenco y el equipo creativo, revelan que lo más fuerte está por llegar. El capítulo titulado “Day One” no solo ahondó en la intimidad entre Ellie y Dina dentro del teatro abandonado, sino que consolidó el tono sombrío que dominará el resto de la temporada.
Desde su estreno, esta adaptación del aclamado videojuego de Naughty Dog ha demostrado que no teme arriesgar. La muerte de Joel en el segundo episodio dejó a los espectadores en shock, y el cuarto ha servido para mostrar cómo Ellie canaliza su duelo a través de la violencia, la música y el amor. Pero la calma —si es que puede llamarse así— que encontraron en Seattle tiene los días contados.

Los responsables detrás de la serie ya habían adelantado que esta segunda temporada se dividiría en dos partes y que la tensión emocional estaría más presente que nunca. Lo que viene en el quinto episodio se acerca a una encrucijada narrativa: por un lado, Ellie está decidida a encontrar a Abby, la mujer que mató a Joel; por otro, el conflicto entre los Lobos (WLF) y los Serafitas amenaza con envolver a todas las partes en una guerra de proporciones devastadoras.
Jeffrey Wright, quien interpreta al líder del WLF, Isaac Dixon, fue introducido en el episodio más reciente con una secuencia que revela los orígenes de su brutalidad. En entrevistas recientes, el actor describió los capítulos venideros como “una exploración del precio del poder y la fe”, dejando entrever que tanto los Lobos como los Serafitas cruzarán líneas irreversibles. Este antagonismo se perfila como el epicentro de los eventos que sacudirán a los personajes en los próximos episodios.

Además, el embarazo de Dina —una revelación que añade una carga emocional extra al viaje de ambas— cambiará la dinámica de su relación con Ellie. Las decisiones que tomen a partir de ahora no solo pondrán a prueba su vínculo, sino también la capacidad de ambas para sobrevivir sin perderse a sí mismas.

Pero lo más impactante podría estar reservado para el momento en que Ellie y Abby finalmente se crucen. Los showrunners Craig Mazin y Neil Druckmann han prometido que el tratamiento de Abby en la serie será más matizado que en el videojuego, permitiendo a los espectadores experimentar la historia desde ambos bandos. Si esto se cumple, el próximo episodio podría dar un giro inesperado y abrir la puerta a una nueva forma de entender el conflicto.
Con la serie posicionada como uno de los títulos más comentados del año, The Last of Us sigue apostando por romper expectativas. Y si el episodio cuatro te pareció intenso, más vale que te prepares: lo que viene podría no solo cambiar la historia de Ellie, sino también la forma en que entendemos el apocalipsis.