
Después de ver a Ralph Fiennes convertirse en el calculador cardenal Lomeli en Cónclave, es probable que muchos queden con ganas de ver más del actor en papeles igual de intensos, en tramas que combinan crítica social, tensión psicológica y una atmósfera contenida. La película ideal para continuar ese camino es El menú (The Menu), una sátira negra que dura apenas 1 hora y 47 minutos, y que está disponible en Disney+ para Latinoamérica.
Dirigida por Mark Mylod, conocido por su trabajo en series como Succession, El menú nos traslada a una isla remota donde un exclusivo grupo de comensales ha sido invitado a disfrutar de una cena irrepetible en el restaurante Hawthorne. Allí, el legendario chef Julian Slowik (interpretado con maestría por Fiennes) ha preparado un menú que va más allá de lo gastronómico. Cada platillo está impregnado de intención, simbolismo y, muy pronto, amenaza.

La película no solo brilla por la presencia de Fiennes, que interpreta a un personaje enigmático y profundamente herido, sino también por su capacidad de mantener la tensión sin recurrir a recursos fáciles. Al igual que en Cónclave, aquí el ritmo es pausado pero inquietante, y el peso de cada palabra, cada gesto, cada mirada, se vuelve crucial. En lugar del Vaticano, ahora estamos en una cocina de lujo, pero el clima de juicio y revelación es similar: todos están allí por una razón, y nadie saldrá igual.
Uno de los mayores aciertos del filme es su equilibrio entre lo estético y lo ético. La puesta en escena recuerda a un episodio de Chef’s Table, con planos cuidados, colores fríos y una composición perfecta en cada platillo. Pero detrás de esa fachada elegante se esconde una crítica feroz al elitismo cultural, a la idolatría del arte sin alma y a los consumidores que quieren experiencias sin compromiso. El menú no solo ataca a los ricos por ser ricos, sino a todos aquellos que han vaciado de significado los placeres más básicos.

El duelo actoral entre Fiennes y Anya Taylor-Joy (quien interpreta a Margot, una invitada inesperada) da profundidad emocional a la historia. Mientras el chef representa al artista agotado por un sistema que le exige sin cesar, Margot es la voz de lo simple, lo honesto, lo humano. Juntos, protagonizan algunas de las escenas más memorables del filme, en las que el poder, la autenticidad y el deseo de redención se cruzan con resultados impredecibles.

El menú fue bien recibida por la crítica y se convirtió rápidamente en una de las películas más comentadas de 2022. Su mezcla de humor negro, horror contenido y comentario social la hace perfecta para quienes disfrutan del cine que no solo entretiene, sino que también incomoda y deja huella.
Así que si saliste de Cónclave intrigado por el poder de los silencios, los espacios cerrados y los personajes que cargan con más preguntas que respuestas, El menú es tu próxima parada obligatoria. No solo porque también tiene a Ralph Fiennes en modo imponente, sino porque, como todo buen plato, se digiere mejor con tiempo... y reflexión.