
Netflix ha estrenado Vinagre de manzana, una miniserie australiana que revive uno de los escándalos más llamativos del mundo digital: la historia de Belle Gibson, una influencer que engañó a miles de seguidores al fingir que padecía cáncer y promovía curas naturales. Con una narrativa que recuerda a ¿Quién es Anna?, la producción busca revelar los peligros de la desinformación y el impacto de las redes sociales en la salud pública. Pero, ¿logra realmente atrapar al espectador?
Belle Gibson se convirtió en un fenómeno digital en Australia tras el lanzamiento de su aplicación ‘The Whole Pantry’ en 2013, que promovía recetas saludables y un estilo de vida alternativo. Su popularidad creció rápidamente cuando afirmó que sufría de cáncer cerebral y que se trataba con dietas y remedios naturales, evitando la medicina convencional. Apple y Penguin apostaron por su imagen, lanzando colaboraciones que la llevaron a la cima de la industria del bienestar.

Sin embargo, su mentira se desmoronó cuando se descubrió que nunca había estado enferma. Investigaciones periodísticas revelaron que no solo se había aprovechado de la confianza del público, sino que también había desviado fondos destinados a caridad para su propio beneficio. En 2017, el Tribunal Federal de Australia la multó con más de 320.000 dólares, aunque hasta la fecha se desconoce si cumplió con el pago.
La miniserie, dirigida por Jeffrey Walker y protagonizada por Kaitlyn Dever (Booksmart, Nadie podrá salvarte), reconstruye los momentos clave del ascenso y caída de Gibson. Con una estructura narrativa que salta entre distintas líneas temporales y puntos de vista, el guion de Samantha Strauss (Nine Perfect Strangers) intenta ofrecer una visión amplia del impacto de la estafa en la sociedad digital. Sin embargo, la ejecución resulta predecible, sin la profundidad psicológica que hizo brillar a ¿Quién es Anna?.

Uno de los mayores aciertos de la serie es la actuación de Dever, quien logra transmitir la dualidad de Belle: una joven carismática y persuasiva, pero también manipuladora. Aun así, la serie peca de ser demasiado explicativa y no permite que el espectador descubra por sí mismo las contradicciones del personaje.
¿Verla o dejarla pasar?
Aunque Vinagre de manzana aborda un tema relevante en la era de las redes sociales y los falsos gurús del bienestar, su desarrollo no alcanza el potencial de su historia real. La serie se siente segura y sin riesgos, dejando al público con la sensación de que pudo haber sido mucho más impactante.
Si te atraen las historias sobre estafas reales o las miniseries de drama basadas en casos mediáticos, podrías encontrarla entretenida. Pero si buscas una narrativa que profundice en la mente de su protagonista y en los dilemas éticos del mundo digital, quizá te quedes con ganas de más.