En 2018 llegó a los cines 'Mentes poderosas', un largometraje de ciencia ficción basado en la novela homónima de Alexandra Bracken. Con una distopía apocalíptica como telón de fondo y la dirección de Jennifer Yuh Nelson (Kung Fu Panda 2 y 3), el proyecto aspiraba a convertirse en la próxima gran saga juvenil tras el éxito de franquicias como 'Los Juegos del Hambre' y 'Divergente'. Sin embargo, en lugar de dar inicio a una trilogía, esta primera entrega se convirtió en una de las mayores decepciones cinematográficas del año.
Producida con un presupuesto de 34 millones de dólares, la película apenas recaudó 41 millones en la taquilla global, quedándose muy lejos de las expectativas. A pesar de contar con un elenco prometedor, liderado por Amandla Stenberg ('The Acolyte'), Mandy Moore y Harris Dickinson ('Triangle of Sadness'), ni siquiera los productores de 'Stranger Things', Dan Levine y Shawn Levy, lograron evitar el fracaso.
Disney+
La trama seguía a Ruby Daly (Stenberg), una joven que desarrolla habilidades sobrenaturales tras una pandemia que elimina al 98% de los menores de 20 años en Estados Unidos. En un escenario donde los supervivientes son perseguidos y encerrados por el gobierno, Ruby se une a un grupo de rebeldes en un intento por cambiar su destino. Aunque el planteamiento parecía tener todos los ingredientes para atrapar a los fanáticos de las distopías juveniles, el resultado fue descrito por críticos como una "mezcla poco inspirada de temas conocidos".
La crítica especializada tampoco fue amable. Según Antje Wessels de FILMSTARTS, el filme carecía de personalidad propia, convirtiéndose en una "colección de clichés" que no generaba interés por futuras entregas.
Disney+
La mala recepción condenó los planes para adaptar los dos libros restantes de la trilogía, marcando el fin de una saga que nunca logró despegar. Muchos atribuyen el tropiezo a un estreno tardío en un mercado saturado por propuestas similares, cuando el público ya había perdido interés en este tipo de narrativas.
Hoy, 'Mentes poderosas' se recuerda como un ejemplo de cómo una adaptación mal ejecutada puede destruir las aspiraciones de una franquicia, dejando en el camino no solo una historia incompleta, sino también el eco de lo que pudo ser un fenómeno cultural.