Cada nuevo episodio de esta séptima temporada de 'My Hero Academia' es una nueva oportunidad para sabernos víctimas de la ansiedad, pues si algo tienen los guionistas de esta serie es una tremenda capacidad para dosificar las emociones del espectador a cada instante.
En la entrega más reciente de la temporada en curso del anime de Crunchyroll, se desata un enfrentamiento intenso entre Shoto Todoroki y su trastornado hermano, Dabi. Titulado "Dos llamaradas", este episodio no solo destaca por su intensa carga emocional, sino también por sus impresionantes visuales, consolidando así uno de los momentos más memorables de la serie.
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Tras sobrevivir a quemaduras mortales, Dabi fue rescatado y reconstruido por All For One, lo que lo transformó física y mentalmente. Sin embargo, el odio hacia su padre, Endeavor, se arraigó profundamente en él, motivándolo a perfeccionar sus habilidades con el único propósito de superarlo y obtener su atención.
El episodio muestra a Dabi utilizando movimientos desordenados pero poderosos, con un calor que supera incluso al de Endeavor. Mientras tanto, Todoroki demuestra un control excepcional al regular ambos lados de su cuerpo para producir llamas frías, lo que simboliza su crecimiento personal y su intención de ser un héroe.
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La batalla es una mezcla de emoción y tragedia. Los hermanos, ambos víctimas del abuso de su padre, toman caminos divergentes. Mientras Todoroki encuentra apoyo en sus amigos y en Midoriya, desarrollando sus propias técnicas y sanando sus heridas emocionales, Dabi se consume en su resentimiento y odio, dispuesto a destruir todo a su paso sin importarle las consecuencias para su propia vida.
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Uno de los momentos más destacados del episodio es cuando Todoroki revela su nueva técnica, un movimiento que no solo demuestra su destreza, sino también su evolución como personaje. En una escena conmovedora, recuerda las palabras de Midoriya: "Midoriya, es mi poder. Gracias", reafirmando la influencia positiva de su amigo en su vida.
La batalla, aunque visualmente deslumbrante, deja un sabor agridulce. Ambos hermanos sufrieron y tomaron decisiones que los llevaron por caminos destructivos, pero Todoroki logra encontrar una salida a su dolor, mientras que Dabi se mantiene atrapado en un ciclo de autodestrucción.
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El episodio finaliza con Todoroki aparentemente victorioso, dejando a Dabi inconsciente en sus brazos. Sin embargo, la narrativa subraya que no hay una verdadera victoria en esta lucha, ya que ambos hermanos fueron víctimas de una crianza abusiva y una sociedad que les falló.
Esta entrega, quizá una de las mejores del anime, no solo ofrece una espectacular muestra de animación y diseño de sonido, sino que también profundiza en los temas de abuso, redención y la lucha por la identidad personal. Definitivamente, una gesta digna de dos muy buenos personajes de 'My Hero Academia'.