Reconocido globalmente por su papel como el enigmático Severus Snape en la saga de 'Harry Potter', el fallecido actor Alan Rickman también dejó una huella profunda en otras películas, entre ellas 'Robin Hood - Príncipe de los Ladrones' (1991), en donde interpretó al Sheriff de Nottingham. Sin embargo, detrás de su memorable actuación en este clásico de aventuras, se esconde una historia poco conocida.
'Robin Hood - Príncipe de los Ladrones', protagonizada por Kevin Costner, rápidamente se convirtió en una de las películas más taquilleras de la década. Dirigida por Kevin Reynolds, la película recaudó casi 400 millones de dólares a nivel mundial y vendió millones de entradas solo en Europa, consolidándose como un clásico del cine de aventuras. A pesar de su éxito, el guion original de la película no satisfacía a todos, especialmente a Alan Rickman.
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En una entrevista con The Times en 2015, Rickman reveló que el guion escrito por Pen Densham y John Watson le parecía "terrible" y carente de profundidad para su personaje. Desesperado por mejorar sus líneas, Rickman decidió tomar cartas en el asunto. Se reunió con su amigo, el dramaturgo y guionista Peter Barnes, en un restaurante de comida rápida para revisar el guion poco antes de comenzar el rodaje.
"Le dije: '¿Podrías mirar el guion? Porque es terrible. Necesito algunas buenas líneas de diálogo'", recordó Rickman. Barnes accedió y juntos reescribieron partes cruciales del guion, añadiendo diálogos que posteriormente se convertirían en algunos de los momentos más icónicos de la película. "Después de esa reunión, las páginas del guion estaban llenas de manchas de pizza, tocino y huevo", añadió Rickman.
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Uno de los cambios más significativos ocurrió en una escena temprana de la película. En ella, el Sheriff, frustrado por el robo de impuestos perpetrado por Robin Hood, grita a sus secuaces y cancela espontáneamente la Navidad. Gracias a las adiciones de Barnes, Rickman incluyó las líneas "Tú. Mi habitación, 10:30" y "Tú, 10:45", dirigidas a dos mujeres, seguidas por el añadido cómico de Ruby Wax, "¡Y trae a una amiga!".
Rickman, conocido por su meticulosa preparación, mantuvo en secreto estos cambios del guion, informando únicamente al director Reynolds, quien aprobó la improvisación. El resultado fue una escena tan impactante que el equipo de filmación tuvo dificultades para contener la risa. "Nadie lo sabía excepto él. Después de la toma, cuando salí del campo de visión de la cámara [y me di la vuelta], supe que había funcionado. Porque vi a unos 80 miembros del equipo tratando desesperadamente de no reírse a carcajadas", recordó Rickman.
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La actuación exagerada y cómica de Rickman como el Sheriff de Nottingham no solo le valió un premio BAFTA, sino que también lo consagró como uno de los villanos más memorables de la historia del cine reciente. Su capacidad para transformar un guion deficiente en una actuación brillante es testimonio de su talento y dedicación.
Años después de su estreno, 'Robin Hood - Príncipe de los Ladrones' sigue siendo apreciada por su narrativa épica. Y sobre Rickman, ni hablar, su legado continúa inspirando a generaciones de actores y cinéfilos, asegurando que su contribución al arte del cine nunca sea olvidada.