La historia de la ilustradora colombiana que afirmó haber participado en la última película de Studio Ghibli, 'El niño y la garza', se ha convertido en un torbellino de controversia y revelaciones en los últimos días. Lo que comenzó como un presunto logro en la industria cinematográfica se ha transformado en un escándalo viral que ha dejado a Geraldine Fernández en el ojo del huracán.
Desde su afirmación inicial de haber contribuido con 25 mil ilustraciones a la galardonada película, Fernández ha pasado del cielo al infierno en un abrir y cerrar de ojos. Las redes sociales rápidamente desentrañaron su historia, cuestionando la viabilidad de su supuesto arduo trabajo y revelando que los certificados que respaldaban su participación eran de cursos de cerámica, no de animación.
El Espectador
En una entrevista con periodistas de Blu Radio, Fernández admitió haber exagerado su participación, reduciendo drásticamente la cifra inicial de ilustraciones y poniendo en tela de juicio su encuentro personal con el director Hayao Miyazaki. En medio del escándalo y las críticas implacables en las redes sociales, Fernández reveló que ha contemplado la posibilidad de quitarse la vida.
En sus propias palabras durante la entrevista, describió cómo la presión la ha afectado profundamente: "Me han atacado por todos lados. Suena a llamar la atención, pero no dormí en toda la noche recibiendo mensajes y llamadas, han llegado a mi casa, atacado a mi familia, y es ridículo decir que no ataque más porque es echar más leña al fuego... No puedo salir en este momento, no puedo mirar a ningún lado sin sentirme atacada".
La Razón
El tema del suicidio ha generado una alerta sobre la vida de Fernández, destacando la frágil salud mental en el contexto de la exposición mediática. La controversia no solo ha afectado su carrera profesional, con su despido de Tecnoglass, sino que también ha arrojado luz sobre la importancia de abordar la salud mental en situaciones de acoso y linchamiento virtual.
La historia de Geraldine Fernández destaca los peligros de la búsqueda de reconocimiento en el mundo digital y resalta la urgente necesidad de compasión y apoyo en medio de la presión mediática. Mientras el debate sobre su participación en la película sigue sin resolverse, el enfoque ahora está en la salud emocional de Fernández y el impacto de la controversia en su vida.