Una carta de amor al séptimo arte en su aniversario 128: la magia del cine sigue encantando al mundo
Fatsugard
Fatsugard
-Colaborador
De los noventa con amor. Colecciono figuritas de villanos y escribo teorías sobre los memes. El cine me educó.

128 años después de la primera proyección de los hermanos Lumière, el cine sigue maravillándonos

Donald Tong

El 22 de marzo de 1895, los hermanos Lumière presentaron en la Sociedad para el Desarrollo de la Industria Nacional de París la primera película rodada con el cinematógrafo, un aparato patentado por ellos que servía como cámara y proyector al mismo tiempo. Ese día, hace 128 años, nació el cine y con él la historia cultural moderna.

No recuerdo la primera película que vi en el cine, realmente no la recuerdo. Recuerdo, eso sí, la sensación de asombro que me produjo esa luz que, al proyectarse en una inmensa pantalla, rebotaba sobre mi rostro. Desde entonces, ese truco de salón se convirtió en mi lugar seguro.

Hablar de la historia del cine es hablar de nuestra historia reciente. La transformación en la forma en que veíamos y entendíamos el mundo produjo un sinfín de oportunidades que definieron la ideología del siglo XX. Así, el nacimiento de una sociedad audiovisual basada en la posibilidad del acceso a las imágenes en masa como un nuevo mundo de representación colectiva instauraron un lugar de culto del que jamás saldríamos.

No debió ser la primera película que vi en el cine, pero sí la primera película de la que recuerdo a grandes rasgos su argumento. La historia empieza con un abuelo que le leerá a su nieto un cuento. Lo que vemos en la pantalla parte de esta narración, que además da cuenta de la forma en que los relatos son formas de vinculación humana. La película se llama The Princess Bride - El rapto de la princesa en español- y se puede ver en Disney+.

El desarrollo del cine fue rápido e interesante. Lo que nació como invento en la competencia industrial del siglo XIX se convirtió rápidamente en espectáculo circense y terminó siendo una forma de arte. Del lenguaje cinematográfico aprendimos la relación temporal con la ficción. Las imágenes proyectadas nos involucran en un aquí y ahora de los sucesos produciendo las emociones de los hechos, pero sin sus consecuencias. Algo así como sentir el terror del asesinato pero sin poner en riesgo mi vida.

Rodox

Atestigüé los cambios de las formas en el cine. Crecí en la era de las videotiendas y me tocó el nacimiento de las plataformas digitales. Por más que lo intente racionalizar, estos cambios han sido superficiales para mí. En el fondo, las historias están ahí. Somos lo que somos porque podemos construir relatos. Y esa posibilidad me paraliza, como la sensación de esa primera película que vi en el cine, y que por cierto, aún no logro recordar.

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