Sonrie, la película escrita y dirigida por Parker Finn que ganó notoriedad en 2022 gracias a una increíble campaña de marketing, está por fin disponible en un servicio de streaming. Para algunos, la película cumple con las expectativas terroríficas; sin embargo, para otros -y me incluyo en este segundo grupo- su éxito se basa en la viralidad que causaron sus acciones de mercadeo. Sin embargo, para comprender la importancia de la película es importante entender el cine de terror como algo más que brincos y sustos.
El cine de terror tiene una función social necesaria en la cultura popular. Aunque su principal objetivo es asustar y entretener al espectador, también puede ser visto como una forma de explorar y confrontar nuestros miedos y ansiedades más profundos.
En este sentido, el cine de terror puede actuar como un espejo que refleja las preocupaciones sociales y culturales de la época en que se produce. Por ejemplo, durante la década de 1970, se produjeron muchas películas de terror que exploraban temas como la paranoia, la alienación y la desconfianza hacia las autoridades, que eran comunes en una sociedad que estaba experimentando cambios drásticos.
Smile sigue a la Doctora Rose Cotter, interpretada por Sosie Bacon, mientras trabaja en un psiquiátrico. Después de presenciar el suicidio de una paciente, una maldición se apodera de ella, causando que vea gente sonriendo de forma siniestra en la oscuridad, lo que pone en peligro su cordura y sus relaciones personales.
Paramount Pictures
Aunque a la película le falta mucho para ser una obra maestra del género, explora de manera interesante la noción de lo siniestro. Y es que lo siniestro, para Freud, es la sensación de extrañeza o inquietud que surge cuando algo familiar se vuelve extraño o amenazante.
Así, la maldición que persigue a la Dra. Cotter se expresa de manera terrorífica al exagerar la sonrisa, transformándola en un gesto monstruoso. Creo que es una película que vale la pena, pero que quizá no es tan aterradora como decían.