No todo es ‘Stranger Things’: a esta otra serie con personajes poderosos también le falta muy poco para terminar
Si la vida hubiese querido otro destino para mí y me hubiese dado la opción de escoger, seguramente sería mangaka o futbolista, pero ni dibujo bien ni coordino tres pases, así que mejor me quedo escribiendo sobre libros y películas.

Tras casi una década de héroes, batallas y corazones desgarrados, uno de los anime más influyentes de los últimos años entra en su recta final: solo quedan tres episodios.

Mientras el mundo gira alrededor del furor por Stranger Things y su temporada final, otra historia —más silenciosa, más persistente, más emocional— está a punto de despedirse para siempre. My Hero Academia, uno de los anime más influyentes de la última década, entra oficialmente en su fase final: solo un puñado de episodios lo separan del adiós definitivo. No es un final cualquiera: es el cierre de un fenómeno narrativo que moldeó a una generación de espectadores y redefinió la manera en que entendemos el heroísmo en tiempos convulsos.

La temporada 8, estrenada el 4 de octubre de 2025 y concebida como la última entrega del anime, adapta los capítulos finales del manga de Kōhei Horikoshi —desde el volumen 40 hasta el 42—. Es la etapa donde todas las piezas que la serie ha movido durante años finalmente se encuentran: héroes y villanos queman sus últimos cartuchos, el destino de Japón pende de un hilo y los arcos emocionales más potentes llegan a ebullición. No queda espacio para rellenos, para divagaciones, ni para fórmulas viejas: este final avanza con la urgencia de un corazón que late por última vez.

El formato también marca una diferencia crucial. En relación con las temporadas anteriores, que bordeaban los 20 o 25 episodios, esta última entrega cuenta solo con 11 capítulos. Eso significa que la animación está trabajando una recta final comprimida, intensa y sin márgenes de error. Con el episodio 9 programado para el 29 de noviembre de 2025 y el cierre fechado para el 13 de diciembre, los fanáticos están viviendo un conteo regresivo que combina nostalgia, ansiedad y una expectativa tan grande que apenas cabe en pantalla.

Más allá del espectáculo, lo que está en juego es algo mucho más íntimo: My Hero Academia finaliza casi en simultáneo con su manga original, que cerró hace poco. Este “final gemelo” convierte el desenlace del anime en un acto simbólico: no se trata solo de un cierre televisivo, sino del fin de una era. La historia que comenzó en 2016 —cuando Deku recibió por primera vez el peso simbólico de One for All— ha acompañado a su público durante casi una década. Creció con ellos, cambió con ellos, se volvió espejo, refugio y pregunta.

La recta final trae consigo la adaptación de los conflictos más densos y cargados emocionalmente del manga: enfrentamientos definitivos, redenciones imposibles, sacrificios que ya se anunciaban desde temporadas pasadas y resoluciones tan esperadas como temidas. La crítica especializada anticipa que el desenlace podría ser uno de los más comentados del anime reciente: no solo por su impacto narrativo, sino porque condensa diez años de construcción emocional en un último gesto.

El fandom —uno de los más leales y participativos del anime moderno— está viviendo este cierre con un fervor casi ritual. Foros, redes sociales y comunidades digitales se han convertido en un río inagotable de teorías, despedidas, agradecimientos y temores sobre cómo será tratado cada personaje en estos últimos tres episodios. Y aunque el tiempo es corto, el legado parece asegurado: My Hero Academia se va no como un producto más del género, sino como uno de sus pilares.

Con tres capítulos por delante, la pregunta no es si el final estará a la altura. La pregunta es si estaremos preparados para dejarlo ir.

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