
En el oscuro y sangriento universo del cine de terror, el subgénero slasher se ha convertido en uno de los más reconocibles: adolescentes imprudentes, asesinos enmascarados, reglas tácitas que nunca deben romperse (pero siempre se rompen) y, claro, una “final girl” que sobrevive a la masacre. Sin embargo, por cada cuchillo que acecha en la oscuridad, ha surgido una carcajada que desarma el miedo. Porque el slasher, con todos sus clichés, ha sido también el blanco perfecto para la sátira.
‘Viernes 13’ y el nacimiento del slasher que todos copiaron

La historia comienza con películas como Halloween (1978) y Viernes 13 (1980), responsables de codificar el lenguaje visual y narrativo del slasher. La segunda, en particular, fue clave para establecer fórmulas que hoy nos parecen obvias: campamento, jóvenes en celo, un asesino silencioso y una secuencia de muertes cada vez más creativas. Lo que Viernes 13 no sabía era que sus reglas rígidas y su solemnidad sangrienta también estaban preparando el terreno para ser parodiadas sin piedad.
‘Scary Movie’: la sátira sin filtro

Décadas después, títulos como Scary Movie (2000) tomaron todos esos códigos —la ignorancia de los personajes, los sustos predecibles, el asesino torpe— y los llevaron al extremo del ridículo. En lugar de esconderse tras una puerta mal cerrada, los personajes de Scary Movie hacían lo impensable: se burlaban de estar en una película de terror. El resultado fue una comedia delirante que, aunque absurda, reveló cuán predecible se había vuelto el género.
‘Behind the Mask: The Rise of Leslie Vernon’: la fama del asesino

Luego vinieron joyas como Behind the Mask: The Rise of Leslie Vernon (2006), que trató al asesino como una celebridad entrenándose para seguir la tradición de Jason Voorhees o Michael Myers. Esta falsa biografía nos lleva detrás de escena del slasher, con un humor negro que desmonta cada tropo del género con inteligencia quirúrgica.
‘The Final Girls’: atrapados en una película de terror

Otra propuesta brillante fue The Final Girls (2015), donde un grupo de jóvenes es transportado mágicamente a una película ochentera de terror. Entre lágrimas, cuchillos y autorreferencias, la historia mezcla humor y emoción para preguntarse si cambiar el final del slasher es realmente posible. Todo esto sin dejar de reírse de los shorts cortos, la música sintetizada y los personajes cliché.
‘The Cabin in the Woods’: la sátira convertida en ritual

Quizás la más sofisticada de todas sea The Cabin in the Woods (2012), que expone al slasher como una especie de ritual narrativo diseñado por entidades que exigen sacrificios arquetípicos: el atleta, la virgen, el tonto. Aquí, la sátira se vuelve metafísica, sugiriendo que lo ridículo del slasher tiene una lógica ancestral. Y que todo, incluso lo absurdo, responde a un orden superior.