En una de sus últimas movidas, Netflix ha decidido cancelar The Ultimatum: Queer Love, la versión queer del popular reality The Ultimatum: Marry or Move On, luego de solo dos temporadas. La noticia cayó como un balde de agua fría entre los seguidores del formato, especialmente porque la serie se había consolidado como uno de los experimentos más frescos dentro del catálogo de telerrealidad del gigante del streaming.
El programa, producido por Kinetic Content —la misma compañía detrás de Love Is Blind—, seguía a parejas conformadas por mujeres y personas no binarias que debían decidir entre casarse o separarse. Durante el proceso, vivían una especie de “intercambio de parejas” para probar sus emociones antes del compromiso definitivo.
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Su premisa, polémica y emotiva a partes iguales, conquistó a una audiencia ávida de ver dinámicas amorosas diversas y reales. Sin embargo, pese al impacto cultural y al interés mediático que generó, Netflix decidió no renovarla para una tercera entrega.
Desde que se conoció la noticia, las redes sociales se inundaron de mensajes de indignación. En foros de Reddit, fanáticos aseguraron que Queer Love era “mucho mejor que la versión heterosexual” y que su cancelación era “devastadora”. En X (antes Twitter), las críticas apuntaron a la aparente inconsistencia de Netflix con su discurso sobre inclusión y representación.
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Incluso figuras del mundo del entretenimiento, como Chrishell Stause (Selling Sunset), se ofrecieron públicamente a conducir una nueva versión si alguna otra cadena decidía rescatar el formato. Para muchos, la serie había logrado lo que pocos realities consiguen: mostrar el amor y la vulnerabilidad de la comunidad LGBTQ+ sin caer en estereotipos.
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Un paso atrás en representación y estrategia
Aunque Netflix no explicó los motivos de la cancelación, el silencio ha sido interpretado como una señal preocupante. En un contexto donde la competencia entre plataformas exige propuestas auténticas y diferenciadas, eliminar un formato tan singular parece un error estratégico.
The Ultimatum: Queer Love no solo aportaba visibilidad a identidades diversas, sino que había demostrado tener una base de espectadores leal y activa. Al optar por suprimirla, Netflix no solo pierde una historia de éxito potencial, sino también credibilidad frente a una audiencia que valora la coherencia entre discurso y acción.
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El costo de apagar una historia necesaria
Para una generación que busca verse reflejada en las pantallas, Queer Love representaba algo más que un entretenimiento: era un espacio de validación y conversación social. Su desaparición deja un vacío simbólico dentro de la plataforma y una sensación generalizada de desaprovechamiento.
Netflix, que en los últimos años ha cancelado varias producciones con temáticas LGBTQ+, parece repetir un patrón que la distancia de las narrativas inclusivas que alguna vez impulsó. Si bien los números mandan, hay decisiones que trascienden las métricas: y en este caso, el precio de haber dicho adiós podría ser mucho más alto de lo que la empresa imagina.