En esta era del streaming, cuando un episodio se queda cargando a la mitad o una película pierde resolución en el momento más importante, la frustración es inmediata. Muchas veces, el origen de estos inconvenientes no está en la plataforma ni en el proveedor de internet, sino en un pequeño aparato que se encuentra en la sala o en el cuarto: el router.
Este dispositivo, encargado de administrar la señal dentro del hogar, suele saturarse con el uso continuo, almacenar procesos internos que ralentizan su funcionamiento o incluso acumular archivos temporales que afectan la conectividad. El resultado puede ir desde microcortes en videollamadas hasta caídas completas del servicio, lo que impacta tanto el trabajo remoto como las horas de entretenimiento.
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Los especialistas en conectividad coinciden en que el primer paso para solucionar estas fallas es reiniciar el router de forma adecuada. No se trata de presionar el botón de encendido y apagado, sino de desconectar directamente el cable de alimentación durante al menos 60 segundos. Este tiempo permite que los componentes internos lleguen a un estado de reposo total y que cualquier residuo eléctrico se elimine. Una vez conectado nuevamente, el aparato necesita entre 10 y 20 minutos para restablecer por completo la conexión con el proveedor.
Este procedimiento, considerado la “regla de oro” por portales especializados como High Speed Internet, suele resolver la mayoría de los problemas sin necesidad de esperar asistencia técnica. Eso sí, se recomienda evitar los reinicios apresurados o parciales, ya que no logran limpiar la memoria interna ni refrescar los procesos saturados.
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No obstante, en ocasiones el inconveniente no proviene del router, sino del dispositivo que se utiliza para conectarse a la red. Teléfonos, tablets o computadores con sistemas operativos desactualizados pueden presentar limitaciones para procesar las velocidades actuales de WiFi. En esos casos, reiniciar el equipo durante al menos 30 segundos libera memoria caché, cierra aplicaciones en segundo plano y permite aplicar actualizaciones pendientes, optimizando así el rendimiento.
Otra medida importante es el mantenimiento preventivo del router. Ubicarlo en un espacio ventilado, lejos de microondas o electrodomésticos que generen interferencias, revisar el estado de los cables y limpiar el polvo acumulado, son acciones que prolongan la vida útil del aparato y mejoran la cobertura de la señal.
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Finalmente, si después de reiniciar el router y el dispositivo los problemas persisten, lo más recomendable es contactar directamente al proveedor de internet. En ocasiones, los cortes se deben a fallas en la red externa, mantenimiento de la zona o incidentes en la infraestructura. Las compañías suelen ofrecer herramientas en línea para diagnosticar si la interrupción es general o específica del domicilio, lo que agiliza la respuesta del área técnica.
Con un reinicio correcto y cuidados básicos, el router puede seguir siendo el aliado silencioso que mantiene estables tus videollamadas, partidas online y, por supuesto, tus maratones de streaming.