Naruto Uzumaki es uno de los personajes más reconocibles del anime moderno. Su historia convirtió la obra de Masashi Kishimoto en un fenómeno global que sigue sumando seguidores. Pero si algo marcó la diferencia entre el éxito del manga y la explosión cultural del anime fue la interpretación vocal de su protagonista. Y ahí entra Junko Takeuchi, la actriz de voz que hoy todos asocian de inmediato con el ninja de Konoha. Lo curioso es que estuvo a punto de perder esa oportunidad.
A inicios de los años 2000, cuando el proyecto apenas despegaba, Studio Pierrot tenía claro que quería una voz masculina para Naruto. Las primeras rondas de audiciones se centraron únicamente en hombres, con la intención de dotar al personaje de un timbre más rudo. Sin embargo, ninguno de los aspirantes convenció al equipo de producción. Fue entonces cuando se abrió la puerta a actrices, siguiendo la tradición de otros animes como Dragon Ball o One Piece, donde protagonistas masculinos habían sido interpretados por mujeres.
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Takeuchi decidió intentarlo recién en la tercera ronda de pruebas. Pero el día de su audición las cosas no pintaban bien: tenía la garganta dañada y apenas podía modular su voz. El equipo intentó ayudarla con remedios caseros, incluso ofreciéndole chocolate caliente para suavizar las cuerdas vocales, pero ella misma consideraba que había hecho una presentación desastrosa. Todo apuntaba a que ese no sería su papel.
Lo que cambió el rumbo fue una decisión personal de Masashi Kishimoto. El creador de Naruto, impresionado por la interpretación de Takeuchi, vio en su voz la energía que encarnaba a su personaje. Contra todo pronóstico, fue él quien decidió otorgarle el papel. “Parte de mí estaba feliz y emocionada, pero la otra sentía una presión inmensa”, confesó la actriz durante su participación en la Nostalgia Con.
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Con el tiempo, la elección demostró ser acertada. Takeuchi no solo dotó a Naruto de una identidad sonora inconfundible, sino que logró transmitir la intensidad emocional de cada combate, especialmente en los enfrentamientos contra Sasuke, donde la exigencia física y vocal era extrema. Hoy, décadas después, la voz de Junko Takeuchi no solo define a un personaje, sino que se ha convertido en parte esencial de la memoria colectiva de una generación entera de fanáticos del anime.
Lo que parecía una audición perdida terminó siendo una de las decisiones más acertadas en la historia del doblaje japonés. Una prueba de que, a veces, incluso una voz quebrada puede convertirse en inmortal.