En el universo de Dandadan, donde conviven fantasmas, alienígenas y exorcismos a ritmo de heavy metal, hay un personaje que se roba las miradas cada vez que aparece en pantalla: Seiko Ayase, la abuela de Momo. Lo curioso es que, pese a ese título familiar, Seiko parece cualquier cosa menos una abuela convencional. Su piel tersa, su figura estilizada y su actitud juvenil hacen que más de un personaje dentro de la trama —y millones de espectadores fuera de ella— se pregunten qué hay detrás de su juventud casi eterna.
Desde su primera aparición, Seiko descolocó tanto a los protagonistas como a los seguidores del manga y del anime. Apenas su cabellera blanca revela un signo de edad, porque su rostro y energía corresponden más al de una mujer de treinta años que al de una abuela. Incluso Aira, una de las amigas de Momo, reconoce abiertamente que le cuesta creer en el vínculo familiar entre ambas. Y ese desconcierto, lejos de disiparse, se ha convertido en una de las grandes incógnitas de la serie.
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El autor Yukinobu Tatsu nunca ha explicado de manera oficial la razón del aspecto de Seiko, lo que ha abierto la puerta a una avalancha de teorías entre los fans. Las más sencillas apuntan a su disciplina personal: el uso de corsets, medias de compresión, mascarillas y otros métodos de cuidado estético comunes en Japón, sumados a una personalidad activa que no entiende de límites. En esa lectura, Seiko sería simplemente una mujer mayor que ha sabido conservarse como pocas.
Sin embargo, el fandom de Dandadan rara vez se queda en explicaciones terrenales. Muchos comparan a Seiko con Tsunade, de Naruto, quien gracias a técnicas de transformación logra aparentar menos edad de la que realmente tiene. Otros sostienen que Seiko mantiene su juventud gracias a sus propios poderes espirituales, quizá a través de pactos con entidades sobrenaturales o del favor de un dios local. Más radical aún es la hipótesis que relaciona su aspecto con una maldición: así como Okarun quedó marcado por la “Turboabuela”, Seiko podría cargar con el don —o el castigo— de una inmortalidad que la condena a ver morir a generaciones de su propia familia.
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A estas teorías se suma una lectura más sobria: la de que Seiko es, en realidad, un recurso cómico de Yukinobu Tatsu para sorprender y descolocar a su audiencia. Al presentar a una abuela que parece modelo de revista, el autor rompe los moldes del género y añade un toque de irreverencia a la historia. No sería la primera vez que un mangaka juega con los estereotipos para generar humor y, al mismo tiempo, mantener en vilo a los lectores.
Más allá de su apariencia, Seiko Ayase es un personaje fascinante por derecho propio. Combina fuerza física sobrehumana —con su icónico bate grabado con “Poder de Nessie”—, reflejos que la colocan por encima de cualquier humano promedio y un vasto conocimiento sobre lo sobrenatural. Todo esto, sumado a su estilo directo, a veces grosero, pero también empático, la convierte en una pieza fundamental para que Momo y sus amigos puedan sobrevivir a los encuentros con espíritus y extraterrestres.
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Al final, la verdadera razón de su eterna juventud podría ser un secreto que Tatsu se reserva para un momento clave de la historia, o quizá nunca tenga una explicación definitiva. Sea como sea, la abuela de Momo ya es un ícono dentro de Dandadan, y su misterio seguirá alimentando teorías, memes y debates en redes sociales mientras la serie avanza.
Porque en un mundo donde lo imposible ocurre cada semana, ¿qué tiene de raro que una abuela luzca como si apenas estuviera en sus veintes?