En Colombia ha habido diversidad de talento de generación en generación. Y es que si bien existen estrellas que han trascendido por las décadas como Teresa Gutiérrez, Judy Henríquez, el Gordo Benjumea, Humberto Dorado o el recién fallecido Kepa Amuchastegui, el país ha sido también cuna de niños actores.
Un ejemplo de los más recientes es el de Jesús Forero. Hoy con 29 años, se dio a conocer en la televisión nacional con pequeños papeles en Padres e hijos, Chepe Fortuna o Amor sincero.
Sin embargo, alcanzó su punto más alto de reconocimiento con El man es Germán gracias al personaje de Jonathan, mejor conocido como El Tigre, el hijo del protagonista.
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La audiencia lo vio crecer a lo largo de los episodios, por lo que se convirtió en una de las personalidades más queridas de aquel entonces. No obstante, poco a poco fue diversificando sus esfuerzos profesionales, descubriendo otra pasión: crear empresa.
Actualmente, es el CEO y socio fundador de Ecomotor, una compañía de energías sostenibles que ayuda al medioambiente desde varios ejes, pero principalmente desde el sector de transporte y logística.
Sí, no tiene nada que ver con la actuación. No en tanto, sigue ligado al mundo del espectáculo al dirigir una compañía de teatro con otros jóvenes intérpretes y da talleres de actuación a quienes quieran iniciarse en los sets a corta edad.
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¿De qué se trataba 'El man es Germán'?
"Basada en la típica comedia familiar costumbrista colombiana, la historia trata las aventuras y desventuras de un hombre sin oficio que estuvo en los Estados Unidos para volver a su tierra natal, pero que cuando regresa, afrontará una serie de sucesos cómicos, siendo conocido como el «macho alfa de la manada», al lado de sus amigos y la gente del barrio donde creció", comienza diciendo la sinopsis oficial.
Asimismo, se agrega que "en este colorido y popular universo de personajes y de vida de barrio, se desarrollan las historias de El man es Germán. Una divertida comedia donde se ve el diario vivir del colombiano común y corriente: el rebusque, la solidaridad, la esperanza, los afectos, la «mamadera de gallo» y todas esas virtudes y defectos que forman parte de esta cultura llena de diversidad".
Cabe mencionar que si bien el programa tuvo éxito en sus cuatro temporadas, logrando récord en rating por casi una década, muy pocos recuerdan que el proyecto es en realidad un spin-off de Las detectivas y el Víctor.