
Netflix sigue apostando por el true crime y esta miniserie nórdica que revive un caso que durante años pareció imposible de resolver. Con solo cuatro episodios y un total de 157 minutos, la producción ha logrado colarse en el Top 10 de lo más visto en Colombia, y una vez conozcas la historia real entenderás el por qué de su éxito.
'El rastro': un crimen de la vida real

La historia de El rastro se remonta a octubre de 2004 en Suecia, cuando un niño de ocho años fue asesinado mientras volvía a casa del colegio. Anna-Lena Svensson, una mujer de 56 años que presenció el ataque e intentó intervenir, también fue asesinada. Ocurrió a plena luz del día, pero no hubo testigos, no se encontraron cámaras de seguridad y las pistas eran mínimas.
La policía logró obtener una gorra del agresor y el arma homicida, lo que permitió extraer su ADN. Con esta información, realizaron un retrato robot: el sospechoso era un hombre del norte de Europa, rubio, fumador, consumidor de snus y con problemas mentales. A pesar de estos avances y de más de 200 retratos elaborados en los años siguientes, el asesino nunca fue identificado.
El caso se convirtió en una vergüenza para la policía sueca, que terminó clasificándolo como irresoluble. Sin embargo, en 2020, todo cambió gracias a una tecnología que había comenzado a utilizarse en Estados Unidos: el ADN ancestral.
Un método revolucionario

El ADN ancestral funciona rastreando la ascendencia de una persona a través de bases de datos genéticas. Durante años, esta tecnología se popularizó en redes sociales, con personas que enviaban muestras de su ADN a empresas especializadas para descubrir su origen étnico y conexiones familiares.
Gracias a una nueva ley que permitió a la policía sueca acceder a estos registros, los investigadores lograron un avance clave en el caso: encontraron coincidencias genéticas con familiares lejanos del asesino. Con esta pista, los genealogistas lograron reconstruir el árbol genealógico del sospechoso hasta identificarlo.
El 9 de junio de 2020, Daniel Nyqvist, un hombre de 37 años, fue arrestado y confesó el crimen. Según su testimonio, no había premeditación: afirmó haber escuchado voces en su cabeza que lo obligaron a matar. Fue declarado culpable y condenado a recibir tratamiento psiquiátrico, además de pagar una compensación económica a la familia de las víctimas y al estado sueco.
Un antes y un después

El uso del ADN ancestral en este caso fue un hito en la criminología europea. Desde entonces, esta misma técnica ha ayudado a resolver otros crímenes en el continente, siguiendo el modelo que ya se había implementado en Estados Unidos.
El rastro, dirigida por Lisa Siwe y protagonizada por Peter Eggers y Mattias Nordkvist, reconstruye detalle a detalle los eventos de la investigación y las consecuencias del caso. La miniserie está disponible en Netflix y, es una opción ideal si buscas una historia basada en hechos reales que te sorprenda y no necesite tantas horas de tu tiempo. ¿Te atrever a verla?