La ciencia ficción ha tenido sus producciones hegemónicas a lo largo de la historia tales como La guerra de los mundos, V: La batalla final, Star Wars, Star Trek o Avatar. De hecho, tanto en el cine, como en la televisión, estas han impactado de gran manera en títulos similares. Netflix, sin quedarse atrás, hizo una igual de sorprendente.
Y es que gran parte del éxito de las franquicias de tal género depende de cuánto haga pensar a los espectadores en cuanto a la influencia de la tecnología en el día a día de las personas. Por ello, recientemente se han tocado asuntos como la inteligencia artificial, el internet de las cosas o las redes sociales.
En ese sentido, si ha habido un show perturbador que ha entrado con contundencia en el cerebro de quienes lo han visto es Black Mirror. La serie británica que primero fue transmitida por TV, pero de la que la plataforma de streaming compró sus derechos, ya suma seis temporadas por la gran acogida que ha tenido.
Comenzó como una sátira negra que jugaba más con la trama de sus episodios que con los efectos especiales, aunque poco a poco por la buena sintonía que logró, aumentó considerablemente su presupuesto, hasta poder invertir en lo visual y en el reparto.
A partir de la tercera temporada entraron celebridades como Hayley Atwell, Jesse Plemmons, Jon Hamm, Aaron Paul, Daniel Kaluuya, Wyatt Russell o Salma Hayek. Esta última, por ejemplo, hizo un capítulo en que se burla de Netflix y de la industria del entretenimiento, diciendo que la IA dejará sin trabajo a los actores.
En la historia se retrata cómo las compañías audiovisuales usarían la tecnología para dejar de necesitar a los actores, pero también aprovecharían el acceso a los datos personales para crear historias basadas en sus propios clientes.
Miley Cyrus también estuvo en 'Black Mirror'
Asimismo, en el tercer episodio de la quinta entrega aparece Miley Cyrus. Rachel, Jack y Ashley Too narra cómo el entorno de una artista vulnera su creatividad, pero también sobre una muñeca de la misma que acaba siendo un clon de ella.
Como en todos, en este fragmento se hace una mirada crítica a la influencia que tiene el avance tecnológico. En este caso, para mirar cómo afecta a la vida personal y artística de las estrellas de la música, privándolas poco a poco de su albedrío.