Una vez más Netflix reafirma su fortaleza para crear producciones inspiradas en hechos reales, principalmente en crímenes. Así las cosas, sorprendió a la audiencia global con el lanzamiento de Bebé reno, una comedia negra que narra al detalle uno de los casos de acoso más sonados de Escocia.
La trama sigue a Donny, un prospecto de comediante que no ha tenido mucho éxito en su carrera así que trabaja en un bar. Un día cualquiera, recibe a Martha, una mujer bastante mayor que él, la cual parece no tener razones para vivir. Nadie la quiere.
Al ser cordial por naturaleza, ella comienza a percibir señales de atracción parte de él cuando en realidad no las hay. De esa manera, se obsesiona por completo, siendo cada vez más invasiva con el joven mesero.
¿Qué pasó en la vida real con la historia de 'Bebé reno'?
Resulta que, en la vida real, la historia es, nada más y nada menos, que la de Richard Gadd, el protagonista y creador de la producción británica, que antes fue una obra de teatro.
"Todo es cierto. Es emocionalmente veraz, obviamente: me acosaron y abusaron de mí de forma severa", afirmó el actor para la revista Time.
En 2015, cuando vivía en Londres, le dio inocentemente una tasa de té gratis a una mujer 20 años mayor que él, lo que desencadenó toda una serie de persecuciones sexual y psicológicamente violentas.
"Sería injusto decir que ella es una persona horrible y que yo era la víctima, eso no es del todo cierto", expuso el también escritor en exclusiva para el medio citado.
En ese sentido, reconoció que él hizo "un montón de cosas mal que hicieron que la situación fuese a peor. A su vez, fue consciente que estuvo muy lejos de ser "una persona perfecta" en ese entonces.
Entre sus principales 'pecados' detalla "el flirteo tontorrón, las excusas cobardes de por qué no podíamos estar juntos, y eso sin mencionar los prejuicios internalizados y la lástima sexual", siguió diciendo.
No obstante, recuerda también los otros hechos por los que padeció. "Empezó a invadir mi vida, a seguirme, a aparecer en todos mis bolos, esperándome a la puerta de casa, y mandando miles de notas de voz y correos electrónicos", sostuvo.
Entre tanto, añadió que "no puedo dejar de enfatizar cuánto tiene ella también de víctima en todo esto, porque al final, el acoso es una forma de enfermedad mental, y sería injusto pintarla como un monstruo, porque ella no está bien; es el sistema el que le ha fallado".
Finalmente, GQ supo que la mujer se encontraba en libertad y que desde el 2019 se había acogido a la orden de alejamiento impuesta.
“Hemos hecho todo lo posible para disfrazarla hasta el punto de que no creo que ella se reconozca”, concluyó Gadd a la revista.