La década de los 90 fue una de las más turbias en la historia moderna de Colombia. Por aquellos años, las bombas y los secuestros espantaban a la gente cada día. En 1993, el país se convirtió en el escenario de un perturbador episodio vinculado a una de las familias más icónicas de la industria musical: el secuestro de Randy Jackson, el hermano menor de Michael Jackson, por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Aunque este incidente ha permanecido en gran medida en las sombras, recientes revelaciones de la actriz colombiana Martha Isabel Bolaños y la exesposa de Randy, Alejandra Martínez, han vuelto a ponerlo bajo el foco de atención.
Durante una visita a Colombia, Randy Jackson, quien mantenía una relación con Alejandra Martínez en ese momento, fue retenido por miembros del ELN mientras transitaba por una carretera en Saravena, Arauca. En lugar de revelar su identidad como el hermano del influyente Rey del Pop, Randall optó por una táctica inusual: afirmó ser un pastor cristiano en una misión religiosa por América del Sur. Sorprendentemente, esta estrategia persuadió a los guerrilleros del ELN de liberarlo.
La decisión de Randy Jackson de no revelar su relación con Michael Jackson durante las ocho horas de retención ha suscitado preguntas sobre la peligrosa realidad que enfrentan los familiares de celebridades en regiones afectadas por conflictos armados. Tras el incidente, tanto Randall como Alejandra Martínez tomaron la drástica decisión de abandonar Colombia después de recibir una llamada del embajador estadounidense que los alertó sobre posibles planes de secuestro.
Las revelaciones más recientes sobre esta experiencia traumática, compartidas por la actriz Martha Isabel Bolaños, arrojan nueva luz sobre el impacto duradero del secuestro en la familia Jackson. Michael Jackson, en una conversación con Bolaños, confesó que nunca visitaría Colombia debido a la angustiante experiencia vivida por su hermano en el país sudamericano.
Aunque las autoridades colombianas de la época confirmaron la retención de Randy Jackson, la información disponible inicialmente indicaba que había sido una detención de ocho horas y que fue liberado después de convencer a los guerrilleros de que era un pastor cristiano en una misión religiosa. Sin embargo, las revelaciones más recientes sugieren que el episodio podría haber sido más grave de lo que se informó en un principio.
La historia del secuestro de Randy Jackson, que ha permanecido en gran medida en la penumbra durante décadas, ahora se erige como un recordatorio inquietante de los peligros y desafíos que enfrentan las personalidades extranjeras y sus familiares en zonas afectadas por conflictos.