Quienes hemos seguido de cerca la popular serie de 'Pokémon', no podemos negar que a lo largo de las distintas temporadas hemos podido disfrutar de la amplia variedad de criaturas que pueblan su mundo. Cada que surge una nueva, es motivo de emoción.
Pues bien, dos criaturas en particular llamaron la atención de la audiencia en su momento, por su vibra siniestra y terrorífica: Sandygast y Palossand, los pokémon presentados en la serie de juegos 'Pokémon: Sol y Luna'.
Pokémon
Estos pokémon, aparentemente inofensivos al principio, tienen orígenes bastante inquietantes. Sandygast, un Pokémon fantasma de tipo tierra, surge de la ira y los rencores de seres vivos que caminan sobre la arena de la playa. Se alimenta de la fuerza vital de aquellos que se atreven a poner sus manos en su boca, y su evolución, Palossand, va un paso más allá, siendo capaz de poseer a adultos y cazar presas, acumulando incluso los huesos de sus víctimas. Estos relatos inquietantes nos llevan a preguntarnos sobre los límites del lado oscuro de estos seres aparentemente inocentes.
No son los únicos en este reino de lo perturbador. Mimikyu, un Pokémon fantasma que se disfraza de Pikachu, es otro ejemplo. Su verdadera forma es tan espeluznante que puede causar enfermedades e incluso la muerte, lo que lo lleva a buscar amistad disfrazado como el adorable Pikachu.
Pokémon
Además, otros Pokémon como Tentacool, Tentacruel, Hypno, Drowzee, Ghastly, Mismagius y Froslass exhiben habilidades inquietantes que van desde la manipulación de emociones hasta la creación de ilusiones y la absorción de sueños. Aunque algunos de estos efectos pueden ser contrarrestados por otros Pokémon, como Drowzee contrarrestando las ondas de sueño de Hypno, la inquietud persiste en el potencial de estos seres para traspasar los límites de la mente y el espíritu.
Estos relatos oscuros y perturbadores arrojan luz sobre un aspecto poco explorado del mundo Pokémon. A pesar de su apariencia alegre y amigable, la serie ha añadido un capítulo inquietante a su historia, lo que plantea la posibilidad de que más de estos seres siniestros puedan ser introducidos en el futuro.