El 26 de abril de 1989, se emitió por primera vez en Japón el anime Dragon Ball Z, una de las series de animación más populares y reconocidas en todo el mundo. Desde su lanzamiento, la serie ha logrado un impacto cultural impresionante que no se ha limitado únicamente a Japón, sino que a todo el mundo. Pero, ¿cuál es el encanto de la serie?
Durante el año 2001, Dragon Ball Z se convirtió en la serie más popular del canal estadounidense de dibujos animados Cartoon Network. En ese mismo año, el motor de búsqueda Lycos anunció que Dragonball había sido el término más buscado del año, superando incluso a la famosa cantante Britney Spears.
La historia de Dragon Ball Z se enfoca en la vida adulta de Son Goku, quien se ve obligado a proteger la Tierra de múltiples villanos que buscan su destrucción. De manera paralela, la trama también sigue el crecimiento y madurez de su hijo Gohan. En comparación con su predecesora, Dragon Ball, la serie tiene un tono más serio.
La influencia del clásico literario chino "Viaje al Oeste" fue fundamental para el impacto y éxito de Dragon Ball en Japón. El libro relata las aventuras del Rey Mono, también conocido como Son Wukong, quien posee una cola, viaja rápidamente a bordo de una nube, utiliza un báculo indestructible que se puede agrandar y emprende un viaje a la India para encontrar unos textos sagrados.
Ilustracion del siglo XIX de Sun Wukong
El éxito de la serie es que logra reunir de manera eficiente personajes, espacio, tiempo y acción, lo que la convierte en una obra transmedia que puede ser trasladada de un formato a otro. Así, al poderse expresar como un universo contenido en sí mismo se puede explotar comercialmente sus formatos para desarrollar nuevos territorios de entretenimiento. De hecho, me atrevo a decir que fue Dragon Ball el responsable del animé en todo el mundo y la colonización cultural japonesa a occidente.