Muchos Gokus en Colombia. Los Testigos de Goku por mencionar un ejemplo, uno que salió en 2015 y se hizo viral. También los superintendentes de notariado y registro han ventilado que algunos ciudadanos y seguidores de la palabra del sensei Akira Toriyama han optado por cambiarse el nombre al del alumno del pervertido maestro Roshi. Así somos de apasionados en este país.
Hace una década no existía TikTok y es a través de esta plataforma que nos enteramos de un caso particular que hacen de Colombia y México los mejores fans de Dragon Ball. Un caso de un parce que puede integrarse a la religión de los Testigos. Sólo vayan a la siguiente cuenta @goku_paloscuates. Descubrirán a un tipo mostrando su cédula oficial para demostrar que su nombre verdadero es Cristian Goku Perez Galarza, nacido el 11 de abril de 1997.
@goku_paloscuates
Pero no es un otaku cualquiera, amenaza con ponerle Gohan a su hijo para seguir con la tradición de su familia. Cristian es licenciado en administración de empresas y pide que le llamen Licenciado Goku o Licenciado Kakarotto. De acuerdo con Vice Colombia, en Bogotá, Cali y Barranquilla es donde más cambios de nombre se registran y, quizá, sitios para encontrar a muchos Gokus. Esto ya se está saliendo de control en toda Latinoamérica.
También unamos a Goku Ceferino Expósito García, hijo de Juan Carlos, un empresario madrileño amante de la obra de Toriyama que encontró en el nombre de Goku un nombre original, fuerte y apropiado para su retoño. Lo registró y no se arrepiente. El niño dice sentirse único y nadie en su escuela lo molesta, al contrario, lo envidian. Sus fiestas de cumpleaños lo forran de regalos alusivos a Dragon Ball y así es feliz.
Verne
Si indagamos más allá de Los Testigos de Goku y todos los parces que se cambian el nombre, El licenciado mexicano y el pequeño español, encontraremos muchos niños cuyos nombres sólo confirman que Dragon Ball es el mejor anime de toda la historia. Con seguridad encontraremos Narutos, pero con menor frecuencia. Nos guste o no, el anime ha trascendido a la cultura occidental al grado de que para los notariados ya no parece ser extraño una solicitud con nombres venidos de Japón y la raza saiyajin.