"Estábamos en las trincheras, a la espera de la orden de avanzar" (Remarque, 24)
La cinta alemana ganadora del Oscar a mejor película extranjera en el 2023, no es una película de guerra más. De hecho, esta adaptación de la novela homónima del escritor Erich Maria Remarque, publicada en 1929, es un sutil manifiesto antibélico que nos introduce a la barbarie a través de una frágil y embellecida crueldad.
Y es que, aunque de la historia de Remarque se han hecho por lo menos cinco adaptaciones cinematográficas – Por ejemplo, la versión de 1930 de Lewis Milestone que ganó dos premios de la Academia – la del director Edwar Berger es la que más nominaciones y premios ha logrado. A simple vista, es una buena película y nada más. Sin embargo , su maestría radica en un gesto muy sutil que puede pasar desapercibido para algunos.
Netflix
“Sin novedad en el frente”, es un estudio sobre el rostro humano. A lo largo de la película vemos el rostro de Paul Bäumer transformarse totalmente. La sonrisa con la que empieza su historia, al enlistarse en las filas del ejército junto a sus compañeros, muta rápidamente conforme se va adentrando en la boca del monstruo.
El pensador Walter Benjamin, en su ensayo “El Narrador” publicado en 1936, afirmó que ante los horrores de la Primera Guerra Mundial, toda una generación quedó totalmente fracturada, hasta el punto de que fue imposible conjurar cualquier tipo de narración de lo allí vivido. Lo que logra Berger y su equipo en esta película es precisamente describir dicha fractura. Los ojos de Paul se van hundiendo en el vacío de sus cuencas poco a poco hasta quedar desprovistos de vida.
Netflix
Así, los cambios físicos del protagonista encarnan la disociación de la identidad que la barbarie de la guerra crea en nosotros. Emancipandose de cualquier esperanza, Paul se cuestiona su propio futuro y se entrega abnegado a su destino. Los planos de su rostro concentran toda la carga dramática de la historia y hacen que por más que las balas suenen y retumben, nada sea más desgarrador. Su rostro es el rostro de miles que conocieron lo que sería la guerra moderna y su devastadora capacidad.
La película sin duda merece todos los reconocimientos que ha tenido, y seguramente dará mucho de qué hablar con los años. Además, su capacidad narrativa la hace merecedora de un lugar en el Olimpo del cine bélico, al lado de otras joyas como “The Thin Red Line” (1998), Apocalypse Now (1979) y Full Metal Jacket (1987).