El personaje de Bob en la segunda temporada de ‘Stranger Things’ iba a terminar muy distinto, pero los hermanos Duffer decidieron cambiar su muerte
Casi nadie conoce mi primer nombre, pero todos saben que tengo un homónimo español que escribe thriller. Me obsesionan las películas sobre el fin del mundo y tengo una particular debilidad por el cine de M. Night Shyamalan.

Sean Astin convirtió a Bob Newby en el alma buena de Hawkins, tanto que los creadores de la serie reescribieron su destino tras verlo en acción.

En el universo de Stranger Things, pocos personajes han logrado despertar tanto afecto en tan poco tiempo como Bob Newby. Apareció apenas en la segunda temporada, pero su nobleza, su torpeza encantadora y su amor por Joyce Byers lo convirtieron en uno de los nombres más recordados de la serie. Lo curioso es que, según confesaron los propios hermanos Duffer, su historia iba a ser radicalmente distinta: Bob estaba destinado a morir mucho antes.

El dato se reveló en Beyond Stranger Things, el programa complementario de Netflix que exploraba los secretos detrás de la producción. Allí, Matt y Ross Duffer reconocieron que en los primeros borradores del guion, Bob moría a mitad de temporada, víctima de los demogorgons. Incluso llegaron a plantear versiones en las que Will, todavía bajo la influencia del Mind Flayer, acababa con él. Sin embargo, algo cambió cuando Sean Astin apareció en el set.

Astin, recordado por su papel como Sam en El Señor de los Anillos, trajo una calidez tan genuina que desarmó los planes de los guionistas. “Lo íbamos a matar en el episodio cuatro”, admitieron los Duffer, “pero era imposible no amarlo”. Su interpretación añadió humanidad a una serie que, entre laboratorios secretos y monstruos interdimensionales, necesitaba un respiro de ternura. Bob era el ciudadano común de Hawkins que representaba a los espectadores: alguien que solo quería ayudar y vivir tranquilo.

El cambio narrativo no solo amplió su participación, sino que permitió construir uno de los momentos más conmovedores de Stranger Things: su sacrificio en el episodio ocho. Armado apenas con una linterna y su valentía, Bob se enfrentó al horror para salvar a Joyce, Will y Hopper. Esa secuencia, escrita entre lágrimas por los Duffer —según confesaron en una entrevista con Collider—, selló su legado como héroe improbable.

Hoy, la muerte de Bob sigue considerándose una de las más dolorosas del universo de Hawkins. Su pérdida marcó a Joyce y al público, que vio en él un recordatorio de que, incluso en un mundo dominado por fuerzas sobrenaturales, el valor más grande puede venir del personaje más ordinario.

En tiempos en que los héroes suelen nacer del poder o del trauma, Bob Newby demostró que bastaba con ser decente. Y eso, en Stranger Things, fue casi un milagro.

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