Desde cuchillas afiladas hasta máscaras sin expresión, estos personajes son el corazón palpitante del terror cinematográfico. Durante décadas, el género ha evolucionado, pero ciertas figuras permanecen grabadas en la memoria colectiva como símbolos del miedo más puro. Algunos son sobrenaturales, otros cruelmente humanos, pero todos han ganado su lugar como íconos indiscutibles del horror.
Freddy Krueger – 'Pesadilla en Elm Street' (1984)
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Con su sombrero raído, su suéter a rayas y ese guante de cuchillas, Freddy Krueger se convirtió en la pesadilla literal de toda una generación. Lo que lo distingue de otros asesinos es que ataca en los sueños, donde las reglas del mundo real no aplican. Robert Englund inmortalizó al personaje con una mezcla de sadismo y humor negro que lo volvió inolvidable.
Michael Myers – 'Halloween' (1978)
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Silencioso, implacable y con una fuerza sobrehumana, Michael Myers es el epítome del mal sin razón. Creado por John Carpenter, este asesino enmascarado representa el terror más primitivo: el que no se puede explicar. Su máscara inexpresiva y su caminar lento pero seguro son ya parte del ADN del cine de terror.
Jason Voorhees – 'Viernes 13' (1980)
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Aunque no aparece como asesino en la primera película, Jason pronto tomó el protagonismo con su icónica máscara de hockey. Su figura gigante y su tendencia a matar con cualquier objeto a mano lo convirtieron en un emblema del "slasher". Jason representa el terror que acecha en los lugares donde se supone que deberíamos divertirnos, como los campamentos.
Ghostface – 'Scream' (1996)
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A diferencia de otros íconos, Ghostface no es una sola persona, sino una identidad asumida por diferentes personajes. Su máscara inspirada en “El grito” de Munch y sus llamadas telefónicas espeluznantes redefinieron el terror adolescente en los años 90. Además, Scream supo reírse del género sin dejar de asustar.
Chucky – 'Child’s Play' (1988)
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Un muñeco poseído por el alma de un asesino en serie: la premisa puede sonar absurda, pero Chucky demostró que incluso lo infantil puede ser aterrador. Su humor retorcido, sus frases vulgares y su sed de sangre lo han mantenido vigente durante más de tres décadas.
Leatherface – 'The Texas Chain Saw Massacre' (1974)
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Inspirado en crímenes reales, Leatherface es una figura brutal que empuña una motosierra y lleva una máscara hecha de piel humana. Es el caos encarnado, una amenaza que no razona ni perdona. Su historia familiar disfuncional añade un nivel de horror psicológico que perdura hasta hoy.
Pennywise – 'It' (1990 y 2017)
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El payaso que cambió para siempre la imagen de los circos. Creado por Stephen King, Pennywise es un ente ancestral que se alimenta del miedo de los niños. En ambas adaptaciones —la de los 90 y la más reciente con Bill Skarsgård— logró traumatizar a nuevas generaciones.
Samara Morgan – 'The Ring' (2002)
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Este espíritu vengativo, salido del cine japonés, se introdujo con fuerza en el terror occidental. Su aparición mojada, su cabello cubriéndole el rostro y su andar espasmódico son pura pesadilla visual. Samara trajo consigo una nueva ola de horror psicológico centrado en maldiciones tecnológicas.
Hannibal Lecter – 'El silencio de los inocentes' (1991)
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Intelectual, refinado… y caníbal. Hannibal Lecter no necesita una máscara para atemorizar. Su mirada penetrante y su capacidad para manipular a todos a su alrededor lo convierten en uno de los villanos más complejos y aterradores. Anthony Hopkins logró crear una figura que perturba más por lo que dice que por lo que hace.
Regan MacNeil – 'El exorcista' (1973)
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La niña poseída por el demonio Pazuzu cambió las reglas del cine de terror para siempre. Con su voz distorsionada, su rostro desfigurado y sus actos blasfemos, Regan representó un miedo nuevo: el miedo religioso. Incluso hoy, muchos consideran a El exorcista como la película más aterradora jamás hecha.