5 dinosaurios desconocidos que jamás vimos en la saga de Jurassic World
Santiago Díaz Benavides
Desde 'Forrest Gump' hasta 'Interestelar', pasando por 'Guerra Mundial Z' y 'Naruto', puedo pasar horas hablando sobre mis producciones favoritas. Si me preguntas qué es lo que más me gusta del cine te diré que es mucho mejor que la vida.

El universo jurásico ha traído criaturas emblemáticas a la pantalla grande, pero aún hay especies fascinantes que no han tenido su momento de gloria.

Universal Pictures

Desde que Jurassic Park revolucionó el cine en 1993, el interés por los dinosaurios se disparó. Con la llegada de la saga Jurassic World, millones de espectadores en todo el mundo han disfrutado del regreso de estos colosos prehistóricos a la gran pantalla, con nuevas especies, híbridos genéticos y escenas cada vez más espectaculares. Sin embargo, a pesar de toda la parafernalia visual, el repertorio de dinosaurios sigue repitiéndose en gran medida. El T-Rex, el Velociraptor, el Triceratops o el Pteranodon han sido recurrentes, y aunque se han incorporado otros como el Mosasaurus o el Therizinosaurus, la saga aún tiene una deuda pendiente con muchos dinosaurios reales que jamás han sido representados.

Aquí reunimos cinco especies auténticas, científicamente documentadas, que tienen el potencial de enriquecer la franquicia tanto desde lo visual como desde la narrativa. Cada una representa una ventana a lo extraño, lo olvidado o lo sencillamente espectacular del mundo prehistórico.

Amargasaurus: el saurópodo espinoso de Sudamérica

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Originario del Cretácico temprano en lo que hoy es Argentina, el Amargasaurus es un saurópodo de cuello largo que rompe con la imagen tradicional del género. En lugar de una espalda lisa, presentaba dos filas de espinas vertebrales que se elevaban a lo largo del cuello y el lomo. Algunos paleontólogos creen que estas espinas estaban recubiertas por una membrana, formando una especie de vela. Su diseño lo convierte en un candidato perfecto para capturar la atención del espectador, además de representar la rica fauna sudamericana que ha sido poco explorada en la saga.

Pachyrhinosaurus: el pariente raro del Triceratops

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Si el Triceratops es el rostro popular de los dinosaurios con cuernos, el Pachyrhinosaurus es su primo más excéntrico. En vez de cuernos, presenta un gran bulto óseo sobre la nariz y una gola adornada con protuberancias. Este herbívoro del Cretácico tardío, encontrado en Canadá, tiene una apariencia robusta y atípica que podría ofrecer una alternativa interesante en escenas de estampida o defensa grupal. Visualmente, rompe con las líneas suaves de otros ceratópsidos, ofreciendo una estética más agresiva y primitiva.

Yi qi: el dinosaurio murciélago

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El Yi qi es uno de los descubrimientos más sorprendentes de los últimos años. Este pequeño dinosaurio del Jurásico tardío tenía alas formadas por una combinación de plumas y una membrana similar a la de los murciélagos, sostenida por un hueso alargado en la muñeca. Con apenas 60 centímetros de longitud, es una criatura extraña y fascinante que podría aportar un giro visual inesperado, casi de terror, en una secuencia nocturna o en un laboratorio. ¿Un dinosaurio que parece un gremlin alado? Hollywood no debería dejarlo pasar.

Beipiaosaurus: el primo pequeño del Therizinosaurus

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Ya conocimos al Therizinosaurus en Jurassic World: Dominion, con sus imponentes garras y figura casi mítica. Pero otras especies más pequeñas de su familia, como el Beipiaosaurus, aún no han sido exploradas. Cubiertos de plumas primitivas, con brazos desproporcionadamente largos y una dieta herbívora, estos dinosaurios habrían ofrecido un contraste interesante entre amenaza visual y comportamiento pacífico. Su inclusión podría ampliar la gama de interpretaciones sobre lo que es “aterrador” en el mundo prehistórico.

Pachycephalosaurus: el domador de cabezazos ausente

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Aunque apareció brevemente en The Lost World: Jurassic Park, el Pachycephalosaurus ha sido completamente ignorado en la trilogía Jurassic World. Este dinosaurio bípeda del Cretácico es famoso por su cráneo en forma de cúpula, extremadamente grueso, que se cree usaba para embestir como los carneros modernos. Su presencia en una escena de acción o incluso en una lucha territorial aportaría energía cinética pura a la narrativa. Su diseño robusto, casi caricaturesco, lo convierte en un favorito entre paleofans y merecería más que un cameo.

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