Alina Lozano, una de las actrices más queridas de la televisión colombiana y recordada por su papel en Pedro el escamoso, sorprendió a sus seguidores al denunciar una agresión que sufrió en un establecimiento de comida en Chía, municipio vecino de Bogotá. El episodio, que ella misma narró con detalles en redes sociales, ocurrió en un local de arepas ubicado en el Centro Comercial Vivenza, lugar que la artista solía frecuentar con regularidad.
Según su testimonio, todo comenzó de manera aparentemente sencilla: Lozano pidió unas arepas pequeñas, pero al momento de recibirlas decidió cambiarlas por unas de mayor tamaño, ofreciendo pagar la diferencia correspondiente. La trabajadora que la atendió, sin embargo, se negó rotundamente a modificar el pedido, argumentando razones de inventario y de caja.
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Ante la negativa, la actriz pidió que se contactara a la dueña del negocio, a quien conocía por sus visitas previas. Finalmente, la propietaria autorizó el cambio y pidió a la empleada cumplir con la solicitud. Lejos de resolverse, la situación escaló.
“Desde el inicio noté que la mujer que atendía tenía una actitud negativa. Cuando pedí el cambio, no solo se negó, sino que elevó el tono, gritamos y nos dijimos palabras fuertes. Yo traté de resolver el asunto ofreciendo pagar más, pero su reacción fue cada vez más agresiva”, relató Lozano.
La actriz explicó que, después de recibir las arepas, la trabajadora le lanzó un objeto contundente en medio de la disputa. Ella logró esquivarlo gracias a sus reflejos, lo que evitó una posible lesión. El momento, sin embargo, la dejó consternada por la forma en que un conflicto de atención al cliente terminó en violencia.
“Es muy delicado que un negocio permita que agredan físicamente a los clientes, y más con un objeto. Yo solo quería hacer un cambio y estaba dispuesta a pagar por él. Lástima, Arepas La Reina”, expresó en tono crítico.
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El hecho generó reacciones inmediatas en redes sociales, donde varios seguidores de Lozano le enviaron mensajes de apoyo y compartieron experiencias similares en otros establecimientos. La actriz aprovechó para reflexionar sobre la importancia de mantener la calma y de defenderse cuando es necesario, pero también para hacer un llamado a los comercios sobre la responsabilidad que tienen al contratar y supervisar a sus empleados.
Con un estilo directo, Lozano concluyó su relato describiendo a la empleada como “fea en el alma”, subrayando que lo ocurrido va más allá de una simple discusión de servicio: es una alerta sobre la violencia que puede surgir en situaciones cotidianas y que, según ella, no debería normalizarse.