Cuando vi la primera temporada de Yellowjackets, en el 2022, la serie me tomó por sorpresa. No esperaba un thriller de esa calidad. De hecho, es sin duda una de las mejores de ese año. Con una historia sólida y sórdida que, poco a poco, va revelando un secreto aterrador y que por momentos me recordó a David Fincher, Yellowjackets logra construir una tensión que no deja tregua.
La serie sigue a un equipo de jugadoras de fútbol de secundaria que sobreviven a un accidente de avión en un bosque aislado. La historia se desarrolla en dos líneas de tiempo: la primera, que se sitúa en el presente, sigue a las exjugadoras del equipo que ahora son adultas y que luchan con los traumas del accidente y los secretos que lo rodean; la segunda, que se sitúa en el pasado, muestra cómo las jugadoras sobrevivieron en el bosque y las decisiones difíciles que tuvieron que tomar para sobrevivir.
El tema central de la serie es sobre la naturaleza humana y cómo la brutalidad y la violencia que yacen debajo de la superficie de la civilización, se abren camino en la medida en que la supervivencia es una necesidad imperante.
Yellowjackets, que ya ha sido confirmada para una tercera temporada, nos enfrenta a la pregunta filosófica sobre si los seres humanos somos salvajes por naturaleza. Y, aunque no es una pregunta fácil, lo cierto es que tenemos la capacidad de actuar de manera violenta, pero también de manera pacífica y cooperativa. En última instancia, cómo actuamos y nos relacionamos con los demás es el resultado de una compleja interacción entre nuestra biología, nuestras experiencias y el entorno en el que vivimos.