3 bandas musicales de k-dramas que los fans quisieran que fueran reales
Santiago Díaz Benavides
Lector, melómano, miope curioso y cinéfilo. Me dicen El Profesor. Vivo en Bogotá con mi prometida y una perrita. También trabajo en una librería.

En la pantalla surcoreana hemos visto nacer grupos que, aunque ficticios, han dejado huella en los espectadores. Entre risas, lágrimas y canciones, estos k-dramas nos recuerdan por qué la música es un puente universal hacia la emoción.

Netflix

Los k-dramas no solo se han convertido en un fenómeno global por sus historias románticas y giros narrativos sorprendentes. También han regalado a la audiencia bandas ficticias que parecen tan auténticas que los fans desearían comprar sus discos, asistir a sus conciertos y seguir sus carreras como si fueran artistas reales. A lo largo de distintas producciones, estas agrupaciones no solo interpretan canciones memorables, sino que representan sueños, amistades y vínculos emocionales que trascienden la ficción.

Entre las más queridas se encuentran Eclipse de Lovely Runner, Mido y Falasol de Hospital Playlist y Watermelon Sugar de Twinkling Watermelon. Cada una refleja un aspecto distinto de la experiencia musical y ha logrado ganarse un lugar en el corazón de los espectadores.

Koreaboo

Lo que une a estas tres bandas es que sus historias no giran solo en torno a alcanzar la fama, sino a lo que la música representa: una amistad que sobrevive al estrés laboral, un sueño juvenil que cambia destinos y un puente afectivo entre generaciones. Son grupos ficticios, pero el impacto que generan en los fans es real. No sería extraño que algún día productoras surcoreanas decidieran llevar a Eclipse, Mido y Falasol o Watermelon Sugar a escenarios fuera de la ficción, respondiendo al deseo de miles de espectadores que ya los sienten como parte de su playlist personal.

En un universo donde el K-pop ya domina listas globales, estas bandas inventadas nos recuerdan algo esencial: lo que más conecta con la audiencia no es la perfección técnica, sino la verdad emocional detrás de cada acorde.

Eclipse: del anonimato al estrellato

Google

En Lovely Runner, la historia de Eclipse comienza con un puñado de adolescentes soñando en un gimnasio escolar. Lo que parecía un pasatiempo se transforma en la oportunidad de oro para Ryu Sun-jae, un joven que había abandonado su carrera de nadador tras una lesión. Empujado por su mejor amigo, termina uniéndose a la banda y componiendo una canción que no solo cambia su vida, sino también la de la protagonista Im Sol. La narrativa conecta con el poder sanador y transformador de la música, y aunque Eclipse no existe fuera de la pantalla, sus fans ya lo sienten como el próximo gran boy band del K-pop.

Mido y Falasol: amigos que cantan para sobrevivir al día

Google

Si hay un ejemplo de cómo la música puede ser refugio, ese es Hospital Playlist. Allí, cinco médicos de largas guardias y complicadas cirugías encuentran en los ensayos de sótano una válvula de escape. Su banda, Mido y Falasol, está lejos de las aspiraciones comerciales: tocan para ellos mismos, desafinan, se ríen y se apoyan mutuamente. Esa autenticidad hizo que el público quisiera verlos en vivo, incluso pagando una entrada. La ficción mostró que no hace falta un estadio repleto para que la música tenga sentido: basta un grupo de amigos compartiendo un mismo latido.

Watermelon Sugar: un puente entre generaciones

Google

En Twinkling Watermelon, la trama viaja en el tiempo y convierte a la música en el lenguaje común entre padre e hijo. Ha Eun-gyeol, un joven con talento natural, regresa al pasado y se une a la banda estudiantil de su padre adolescente, Watermelon Sugar. Lo que comienza como un recurso para no revelar su identidad termina siendo el inicio de un vínculo profundo que supera los desencuentros del presente. La serie muestra cómo las canciones pueden ser herencia emocional, una forma de reconciliación y un lazo que ni el tiempo ni las diferencias familiares logran romper.

facebook Tweet
Noticias relacionadas