El fallecimiento del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el 11 de agosto de 2025 tras sobrevivir durante 65 días a un atentado en Bogotá, ha reabierto el debate sobre la persistencia de la violencia política en Colombia. Más allá de la conmoción nacional e internacional, el hecho evoca un pasado de magnicidios y conflictos armados que parecían superados, pero que siguen latentes. En medio de esta conversación, el cine colombiano se presenta como un espacio de memoria y reflexión, capaz de acercar a nuevas generaciones a la complejidad del problema.
Entre las múltiples producciones que han abordado el tema, tres destacan por la fuerza de sus relatos y por estar disponibles en plataformas de streaming. Aunque difieren en tono y estética, juntas ofrecen un recorrido que va de la cotidianidad rural bajo el conflicto, a la irrupción del narcotráfico en comunidades tradicionales, y finalmente a la experiencia sensorial de la guerra sin rostro.
'Los colores de la montaña' (RTVC Play)
RTVC Play
En esta película de 2010, dirigida por Carlos César Arbeláez, la violencia se filtra a través de los ojos de Manuel, un niño campesino cuyo mayor sueño es ser portero de fútbol. La anécdota —la pérdida de su balón en un campo minado— se convierte en una metáfora de un país donde la infancia aprende a convivir con el miedo y el peligro. La cinta, ambientada en un pequeño pueblo andino, evita discursos políticos explícitos y opta por mostrar cómo el conflicto armado se cuela en la vida diaria hasta expulsar a sus habitantes. Es un recordatorio de que la violencia no siempre llega con estruendo, sino que a menudo se instala lentamente.
'Pájaros de verano' (Netflix)
Netflix
De Ciro Guerra y Cristina Gallego, esta película se aparta del campo de batalla para narrar otro origen de la violencia: la transformación económica y cultural provocada por el narcotráfico. Ambientada en la Guajira durante la “bonanza marimbera” de los años setenta, la cinta sigue a una familia wayuu que pasa de comerciar bienes tradicionales a exportar marihuana a Estados Unidos. El dinero rápido rompe las alianzas familiares y las normas ancestrales, encendiendo una guerra interna que no necesita actores externos para ser devastadora. La obra recuerda que la violencia en Colombia no siempre se impuso desde afuera: también brotó desde adentro, cuando las comunidades cedieron ante la tentación del poder y la riqueza.
'Monos' (Netflix)
Netflix
Por último, Monos (2019), de Alejandro Landes, es quizá la más alegórica de las tres. Un grupo de adolescentes armados custodia a una rehén en las montañas y en la selva, bajo las órdenes de un enigmático “Organismo”. Sin referencias directas a guerrillas o ejército, la película construye un retrato atemporal de la guerra: la deshumanización progresiva, el colapso de las jerarquías y la hostilidad del entorno natural. Landes convierte la experiencia bélica en un viaje sensorial, donde el espectador siente el caos y el absurdo antes que comprenderlos racionalmente.