
En el mundo del cine y la televisión, hay actores que quedan marcados para siempre por ciertos papeles. Esas personas que, por más proyectos que acumulen en su filmografía, siempre serán identificados con un personaje. Tanto así, que muchas veces los reconocemos más por el nombre de sus personajes que por sus nombres reales.
Estos cinco actores representan casos extremos de cómo un rol puede definir la carrera de un artista. Sin embargo, todos ellos han encontrado formas de aceptar ese legado mientras continúan explorando nuevos territorios. ¡Conócelos!
Elijah Wood

Elijah Wood quedó marcado para siempre por su papel de Frodo Bolsón en la trilogía de El Señor de los Anillos. Su interpretación del hobbit con la misión de destruir el Anillo Único en las llamas del Monte del Destino lo convirtió en un rostro reconocido a nivel mundial.
Sin embargo, Wood ha sabido navegar su carrera post-Tierra Media eligiendo proyectos como Eterno resplandor de una mente sin recuerdos o incursionando en el terror con Maniac.
Daniel Radcliff

Daniel Radcliffe dedicó una década de su vida (desde 2001 hasta 2011) a interpretar a Harry Potter, el mago más famoso de la literatura y el cine contemporáneo.
Desde entonces, Radcliffe ha trabajado para demostrar su versatilidad como actor, asumiendo roles en películas independientes como Swiss Army Man (donde interpretó a un cadáver flatulento), obras de teatro como Equus y proyectos excéntricos como Guns Akimbo. Aun así, no importa cuánto se esfuerce: para millones de personas en todo el mundo, él siempre será el niño que sobrevivió al ataque de Lord Voldemort.
Johnny Deep

Aunque Johnny Depp ya era un actor establecido con una carrera en películas como Edward Scissorhands o Ed Wood, su interpretación del capitán Jack Sparrow en la saga Piratas del Caribe lo elevó a un nuevo nivel de fama global. A partir del estreno de La maldición del perla negra en 2003, el actor quedó tan identificado con el pirata que incluso ha aparecido caracterizado como él para visitar hospitales infantiles.
El andar tambaleante, el maquillaje de ojos, los amuletos en el pelo y la forma de hablar se convirtieron en una marca registrada que, aunque le valió una nominación al Oscar, también encasilló a Depp de tal manera que muchos de sus personajes posteriores parecían variaciones del mismo tema.
Christopher Reeve

Mucho antes de que el universo cinematográfico de superhéroes dominara la taquilla, Christopher Reeve se puso la capa roja y las mallas azules en Superman (1978). Su interpretación del Hombre de Acero es considerada por muchos como la definitiva, marcando un antes y un después en el cine de cómics.
Reeve encarnó al superhéroe en cuatro películas, y su imagen quedó tan vinculada al personaje que incluso después de su accidente en 1995, que lo dejó tetrapléjico, y hasta su muerte en 2004, se le seguía recordando principalmente como Superman.
Mark Hamill

Cuando un joven Mark Hamill consiguió el papel de Luke Skywalker en Star Wars (1977), no podía imaginar cómo ese rol cambiaría su vida para siempre. Interpretar al granjero de Tatooine que se convierte en caballero Jedi lo catapultó a la fama mundial, pero también supuso un reto para su carrera posterior.
Tras la trilogía original, Hamill encontró dificultades para conseguir papeles relevantes en el cine, pero reinventó su carrera como actor de voz, destacando especialmente como el Joker en múltiples proyectos animados de Batman, comenzando con la aclamada Batman: The Animated Series. Años después, regresó como Luke Skywalker en la trilogía secuela de Star Wars (2015-2019).