La más reciente cinta del director griego Yorgos Lanthimos, protagonizada por la talentosa Emma Stone, ha dado pie a algunos debates entre la crítica internacional respecto a cómo se dio el ejercicio de adaptación de la novela homónima de Alasdair Gray, publicada en 1992. Si bien no se pone en duda el gran trabajo que hace el elenco de la cinta, integrado por actores de la talla de Willem Defoe y Mark Ruffalo, entre otros, sí se destacan las marcadas diferencias entre la obra literaria y la película. Mientras la cinta busca presentarse como una utopía feminista, algunos sostienen que distorsiona la esencia y el mensaje crítico de la obra literaria de Alasdair Gray.
La versión cinematográfica
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En la película, el cirujano Godwin Baxter, interpretado por Willem Dafoe, resucita a Bella Baxter, encarnada por Emma Stone, al implantarle el cerebro de su hija nonata. A partir de este punto, Bella emprende un viaje de autodescubrimiento en un mundo lleno de injusticias y placeres, debatiéndose entre dos hombres: el joven cirujano Max McCandles y el libertino Duncan Wedderburn.
Lanthimos no entendió la novela de Gray
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La crítica principal apunta a la falta de comprensión de Lanthimos sobre el ángulo político y metaliterario de la obra original. La trama de la película se interpreta como una alegoría inteligente y utópica, presentando a Bella como un símbolo de esperanza frente a la opresión victoriana. Sin embargo, la novela revela la torpeza de dicha alegoría y la imaginación vengativa que la concibió, mientras que la película malinterpreta la reinventada historia como un acto violento de denigración.
La figura de Bella Baxter
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La película retrata a Bella como una idealista defensora de la liberación femenina y socialista, pero los críticos sugieren que esta representación omite la complejidad presente en la novela original. En el texto literario, Bella es una figura más ambigua, y su liberación se ve condicionada por el capricho violento de un hombre que le otorgó vida sin su consentimiento.
La excusa del feminismo
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Al centrarse en la aparente utopía feminista, la película, según los críticos, oculta la ira de Bella hacia su creador, Godwin Baxter, y presenta la liberación femenina como un acto impulsado por un genio masculino incomprendido, en lugar de surgir de los mecanismos intrínsecos de la historia y la voluntad propia de las mujeres.