El auge del anime en occidente ha sido innegable en los últimos años, con series como 'Demon Slayer', 'Haikyu!', y 'Spy x Family' conquistando audiencias internacionales a través de plataformas como Crunchyroll y Netflix. Sin embargo, para Michiyuki Honma, presidente de Studio Pierrot, este éxito viene acompañado de una preocupante tendencia hacia la autocensura que está afectando la creatividad y la calidad del anime.
En una entrevista con el medio japonés Natalie, Honma expresó su desacuerdo con la forma en que algunas producciones adaptan sus historias para cumplir con los estándares de otros países. Según él, esta preocupación por la aceptación internacional está llevando al anime a volverse monótono y aburrido.
El presidente de Studio Pierrot señaló ejemplos como la censura del cigarro de Sanji en 'One Piece' por parte del canal 4Kids, la edición de la violencia en 'Naruto' en Alemania, y la eliminación de secuencias consideradas "sexys" en territorio español. Estas decisiones, en su opinión, están limitando la expresión artística y la esencia misma del anime japonés.
"La autocensura no es el camino correcto", afirmó Honma. Argumentó que los estudios deberían seguir haciendo anime a su manera, sin preocuparse por las restricciones culturales, pero entregando un producto de calidad. Para él, el público extranjero no quiere ver un anime japonés lleno de restricciones, sino que aprecia la autenticidad y la libertad creativa.
No se puede mostrar que alguien fuma, porque entonces no se podrá emitir en el extranjero. La violencia se atenúa. Hay que evitar ser muy sexy
Sin embargo, los desafíos culturales persisten. Casos recientes como la modificación de la animación en 'Attack on Titan' en Malasia, donde los titanes llevaban pantalones cortos, y la prohibición de 'Demon Slayer: To the Swordsmith Village' en Arabia Saudita por una escena de baño, demuestran las dificultades de adaptar el anime a diferentes audiencias sin perder su esencia.
A pesar de estos obstáculos, Honma insta a los estudios a mantenerse fieles a su visión creativa y a no sucumbir a la presión de la autocensura. El debate sobre cómo equilibrar la internacionalización del anime con la preservación de su identidad cultural está lejos de resolverse, pero según el presidente de Studio Pierrot, la clave está en evitar ser demasiado conformista y seguir apostando por la originalidad y la calidad en cada producción.