El nuevo drama coreano de Netflix en el que una mujer finge ser madre
Casi nadie conoce mi primer nombre, pero todos saben que tengo un homónimo español que escribe thriller. Me obsesionan las películas sobre el fin del mundo y tengo una particular debilidad por el cine de M. Night Shyamalan.

Una comedia romántica explosiva que mezcla identidad, deseo y mentiras corporativas en una historia hecha para maratonearla.

En un mercado saturado de K-dramas, Netflix decidió redoblar la apuesta después del impacto global de Bon Appétit, Majestad. Y lo hizo con una comedia romántica que llega con la energía de un estallido controlado: Beso dinamita (Dynamite Kiss), la historia de una mujer soltera que decide fingir ser madre para conseguir un empleo en una empresa de productos infantiles. Una premisa audaz, jugosa y lo suficientemente peligrosa para hacer temblar cualquier departamento de recursos humanos.

Dirigida por Kim Jae-hyun y escrita por Ha Yoon-ah y Tae Kyung-min, la serie aterrizó el 12 de noviembre de 2025 en SBS TV y en Netflix con un presupuesto de 17 mil millones de wones, músculo financiero suficiente para asegurar una producción elegante, luminosa y emocionalmente adictiva. El pitch es claro: química, humor, caos, una pizca de vacilación emocional y ese inconfundible encanto surcoreano que convierte un tropiezo romántico en un caso clínico de obsesión.

La historia sigue a Go Da-rim, interpretada por Ahn Eun-jin, una mujer soltera que, desesperada por una oportunidad laboral en una reconocida compañía de productos para bebés, decide fabricar una vida entera: esposo, hijo, matrimonio perfecto. El problema, claro, es que las mentiras corporativas tienen vida propia. Y la suya se descontrola el día en que termina involucrada en un beso inesperado con el estoico líder de equipo, Gong Ji-hyeok, interpretado por Jang Ki-yong.

Jang Ki-yong, conocido por My Roommate Is a Gumiho, Come and Hug Me y The Atypical Family, encarna a un jefe analítico, metódico, casi imperturbable, el tipo de profesional que convierte una presentación en PowerPoint en un espectáculo de eficacia. Ahn Eun-jin, por su parte, aporta humanidad, torpeza encantadora y esa energía de “voy improvisando con lo que hay” que vuelve irresistible a su personaje.

La ecuación se complica cuando entra en escena Kim Sun-woo, interpretado por Kim Mu-jun, amigo íntimo de Da-rim… y forzado a convertirse en su marido ficticio para sostener el teatro. El triángulo resultante no solo es cómico, sino también emocionalmente inteligente: la serie no se limita a los enredos clásicos, sino que explora la culpa, el miedo a fracasar y la presión laboral que empuja a muchas personas a construir versiones editadas de sí mismas.

El reparto lo completa un equipo sólido: Woo Da-vi como Yoo Ha-young; Nam Gi-ae como Kim In-ae; y actores como Cha Mi-kyung, Choi Kwang-il, Seo Sang-won, Park Ji-ah, Jung Soo-young, Shin Joo-hyeop y muchos otros que dan profundidad al universo corporativo donde se cocina la mentira más peligrosa de Da-rim.

La sinopsis oficial de Netflix lo resume así: después de un romance relámpago en Jeju, un heredero y una joven vuelven a encontrarse cuando ella ingresa a su empresa… fingiendo ser parte de una familia que no existe. A partir de ahí, la serie avanza a toda velocidad, combinando torpezas, miradas que incendian pasillos, estrategias de damage control y escenas que huelen a destino.

Para verla, basta con tener suscripción a Netflix. Los episodios se lanzan dos veces por semana hasta el 25 de diciembre, un regalo de fin de año para quienes aman reír, suspirar y gritarle a la pantalla: “¡No digas eso, Da-rim, POR FAVOR!”.

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