La nueva serie de Netflix, Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez, nos lleva de nuevo a uno de los casos más impactantes de la historia criminal estadounidense. En 1989, los hermanos Menendez asesinaron a sus padres en su lujosa casa de Beverly Hills. Lo que parecía un simple caso de codicia pronto se convirtió en un drama, lleno de acusaciones de abuso y dos juicios que mantuvieron al público en vilo. Con Ryan Murphy e Ian Brennan al mando, Netflix ha vuelto a llevar esta historia a la pantalla, y el resultado ha sido un éxito rotundo.
Como es habitual en Hollywood, algunas cosas han sido ligeramente modificadas para la televisión. Entonces, ¿qué cambió Netflix en su interpretación del caso? Aquí te contamos cinco diferencias clave entre la realidad y lo que vimos en Monstruos.
La coartada
En la serie, Erik (interpretado por Cooper Koch) y Lyle (Nicholas Chavez) afirman que estaban en el cine y luego asistieron al evento “Taste of L.A.” mientras ocurrían los asesinatos. Esta coartada fue parte de su plan para encubrir el crimen. Sin embargo, en la vida real, los hermanos no llegaron tan lejos como para comprar boletos o asegurarse de que fueran vistos en público. En realidad, se quedaron en casa en caso de que la policía escuchara los disparos. La historia del cine y el evento fue algo que inventaron más tarde, cuando necesitaban justificar su paradero.
El derroche de dinero
Después de asesinar a sus padres, los hermanos Menendez vivieron una vida de lujo extremo, algo que Monstruos representa bastante bien. La serie muestra cómo se alojaron en el Hotel Bel Air, aunque en realidad solo estuvieron allí unos pocos días. Lo que sí es cierto es que se dieron una gran vida, alojándose en varios hoteles de lujo y gastando una fortuna en limusinas, guardaespaldas, relojes de lujo y autos. Se estima que, en total, gastaron alrededor de 700 mil dólares, lo que hoy equivaldría a casi 1.5 millones de dólares con la inflación.
Los múltiples juicios
Una de las partes más interesantes de Monstruos es cómo retrata los juicios de los hermanos Menendez. El primero, de hecho, consistió en dos juicios separados, uno para cada hermano. Ambos juicios terminaron con jurados divididos, lo que llevó a un segundo juicio en el que se decidió juzgarlos juntos. Netflix muestra con precisión cómo, en el segundo juicio, se limitó deliberadamente el testimonio sobre los abusos que los hermanos afirmaban haber sufrido. El tribunal consideró que no había suficiente evidencia para sustentar esas acusaciones.
El testimonio del compañero de cuarto
En la serie, Donovan Goodreau, compañero de cuarto de Lyle, juega un papel clave en el juicio al testificar sobre abusos sexuales en su propia infancia. Sin embargo, en la vida real, cuando Donovan contó esta historia, Lyle no respondió con ningún relato de su propia experiencia. Monstruos cambia este detalle para darle más dramatismo a la trama. Eso sí, Donovan sí había mencionado en una entrevista previa haber escuchado rumores sobre los abusos de José Menendez hacia Lyle, lo que afectó la credibilidad de su testimonio en el juicio.
La misteriosa Norma
En Monstruos, vemos a Lyle tener una relación telefónica con una mujer llamada Norma, con quien planea escribir un libro sobre su vida. Lo que Lyle no sabe es que Norma ha estado grabando sus llamadas y las vende sin su consentimiento, lo que complica aún más el caso legal. Si bien Norma Novelli realmente grabó las llamadas de Lyle y las vendió, fue Lyle quien decidió no testificar en el segundo juicio, no por las acciones de Norma, sino por otras razones legales.