5 princesas de Disney que siempre tuvieron red flags y no querías aceptar
Angie Quiroz
Angie Quiroz
-Redactora
Cinéfila, bloguera y sagitariana. Me gusta tomarle fotos a casas y tengo carpetas con capturas de pantalla de películas.

Aunque amemos a las princesas del maravilloso mundo de Disney muchas de ellas son banderas rojas andantes.

Screen Rant

¿Listos para un viaje nostálgico con un toque de realidad? Hoy vamos a sumergirnos en el mundo mágico de las princesas Disney, pero con los lentes de la actualidad bien puestos. Esas heroínas que adorábamos de niños tienen algunas "red flags" que en su momento pasamos por alto.

Esto no significa que debemos dejar de disfrutar sus películas ¡Para nada! Solo es una invitación a verlas con ojos críticos y divertirnos un poco a costa de sus absurdos. ¿Están preparados para ver a nuestras princesas favoritas bajo una luz diferente? Sigue leyendo y si nos hizo falta alguna ¡Cuéntanos!

Ariel: la rebelde sin causa

Fanpop

Seamos honestos. La impulsividad de Ariel, la Sirenita está fuera de control. No solo desobedeció a su padre (eso lo entendemos, todos hemos sido adolescentes), sino que literalmente vendió su voz a una bruja marina. ¿Por qué? Por un chico que vio durante cinco minutos en un barco.

Pensémoslo bien: Ariel tenía una vida bajo el mar bastante buena. Era una princesa, tenía talentos musicales, amigos leales, pero lo tiró todo por la borda por un crush. ¿Y qué hay de su obsesión con el mundo humano? Ariel tal vez pudo haber investigado un poco más antes de hacer un trato con Úrsula. Google hubiera sido útil, pero claro, no había internet bajo el mar.

Bella: Síndrome de Estocolmo, ¿eres tú?

USA Today

Bella, la intelectual del grupo. La chica que prefería los libros a los chicos guapos del pueblo. Nos caía bien por eso, pero hablemos de elefantes en la habitación: se enamoró de su captor. Sí, la Bestia "cambió", pero ¿realmente lo hizo?

Pensemos en esto: la Bestia tenía serios problemas de manejo de la ira. Gritaba, rompía cosas y básicamente aterrorizaba a todos en el castillo. ¿Y cuál fue la solución? Que una chica linda lo "arreglara" con su amor. No, eso no es responsabilidad de Bella ni de nadie. La Bestia necesitaba terapia, no una novia.

Además, ¿notaron que Bella prácticamente no tenía opciones? Estaba atrapada en un castillo con objetos parlantes y una bestia gruñona. No es exactamente el ambiente ideal para desarrollar una relación saludable.

Blancanieves: La inocencia no es excusa

Disney Latino

Blancanieves, la princesa dulce, amable y tremendamente ingenua. Los tiempos eran diferentes, pero vamos a repasar algunas de sus decisiones cuestionables. Entró a la casa de siete extraños y se puso a limpiar. Aceptó comida de una desconocida en el bosque. Regla número uno de supervivencia, ignorada. Su único sueño era que llegara su príncipe. Y ni hablemos de que su "final feliz" llegó cuando un príncipe random la besó mientras estaba inconsciente. En 2024, eso es más una causa judicial que un romance.

Aurora: La pasiva-agresiva

El Chico que Perdió su Sombra

Aurora, la princesa que pasó la mayor parte de su película durmiendo. ¿Desarrollo de personaje? ¿Quién necesita eso cuando tienes un vestido bonito y puedes hablar con los animales?

Lo peor es que Aurora ni siquiera luchó contra su destino. Se enteró de que era una princesa y que tenía que casarse con un desconocido y fue como "bueno, si así tiene que ser". ¿Dónde está su espíritu de lucha? ¿Sus sueños? ¿Sus ganas de mandar todo al carajo y abrir una cafetería en el bosque? No, eso nunca pasó.

Cenicienta: La conformista del siglo

Rotoscopers

Cenicienta tuvo una vida difícil, eso no lo podemos negar. Madrastra malvada, hermanastras odiosas, obligada a ser sirvienta en su propia casa. Pero su solución fue ¿esperar a que la magia y un príncipe la rescataran?

¿Qué tal un poco de iniciativa, Cenicienta? ¿Buscar un trabajo fuera de casa? ¿Ahorrar en secreto para escapar? ¿Denunciar el abuso a las autoridades? No. Ella prefirió cantar con los ratones y soñar con el baile. Y hablemos de ese zapato de cristal. En primer lugar, ¿Quién usa zapatos de cristal? Eso es un accidente esperando a suceder. En segundo lugar, ¿el príncipe no pudo recordar su cara? ¿En serio necesitaba probar el zapato a todas las chicas del reino? Suena más a fetiche que a búsqueda del amor verdadero.

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